Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El 9 de febrero de 2020, el presidente de la República, Nayib Bukele, tomó por asalto el Órgano Legislativo e intentó dar un golpe de Estado, tras la negativa de la anterior legislatura en aprobar un préstamo para financiar una de las fases del Plan Control Territorial.
Dicha acción se catalogó como autoritaria y aparte de significar un irrespeto a la separación de poderes, fue un golpe a la democracia, según los políticos de ese entonces, organizaciones de la sociedad y comunidad internacional.
De hecho, diferentes organizaciones de la sociedad civil señalaron los hechos del 9F de 2020 como un exceso de las fuerzas del orden y atribuciones del presidente de la República, Nayib Bukele, con el fin de afectar las funciones y competencias de la Asamblea Legislativa.
Desde ese día que se considera como el inicio del rompimiento al orden constitucional, Bukele no ha cesado de atacar la Constitución, a la prensa, opositores, organizaciones de la sociedad civil e instituciones.
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