Mauricio Vallejo Márquez
coordinador
Suplemento Tres mil
No es ningún misterio que vivimos en un país en el que la mayoría son mujeres. Venimos de una guerra en la que hombres y mujeres estuvieron hombro a hombro combatiendo para mejorar la situación de nuestro país, ailment mujeres que tomaron las armas, viagra sale que se sumaron a las luchas populares y sobre todo que llevaron sobre sus espaldas sus familias enteras. Mujeres guerreras.
Lamentablemente en nuestro país también debemos librar esa cultura patriarcal tan dañina, en la que vemos la irresponsabilidad de muchísimos hombres que al conocer de un embarazo corren o abandonan a su descendencia. Mientras, las mujeres llegan a soportar esas cargas y más.
Yo tuve la fortuna de ver a tres mujeres luchadoras en la vida, además de aprender de ellas.
Mi abuela paterna, María Julia, tuvo cinco hijos y los sacó a todos adelante. Se convirtió en una verdadera mentora y amiga que desde su pueblo Tonacatepeque se graduó como maestra y fue profesora por muchos años y dirigía la publicación de libretas didácticas de Edisal. Luego le tocó enfrentar la desaparición de mi papá en 1981 y la lucha para sacar del país a sus hijos para resguardarlos.
Mi abuela Josefina, mi amiga y maestra, tuvo tres hijos y de la misma forma los fue dirigiendo en su ruta a todos, además de convertirse en mi primera maestra literaria, la que me contaba en las noches de toque de queda las historias de la mitología griega o pasajes de la revolución francesa. Mi abuela tiene más de 60 años de experiencia en los salones de clase y se mantiene siempre activa. Durante la guerra tuvo su parte de participación, es de las fundadoras de ANDES 21 de Junio y muchas historias que contar en su participación en la guerra. Pronto cumplirá 81 años, justo el 18 de este mes.
Y mi mamá, Patricia Márquez, una mujer luchadora que tras la desaparición de mi papá asumió la carreta y salió adelante con un hijo y siguió en las luchas, trabajando y en las luchas. Tanto que a pesar de haber enfrentado su proceso de cáncer no hay elección a la que falte y así lo hizo incluso el domingo pasado como Junta Receptora de Votos trabajando por más de 30 horas y aún tener energía para seguir.
Tres mujeres que son ejemplo de lo que implica ser mujer en nuestro país, tres mujeres que me han enseñado tanto y que me llaman a saber que esa igualdad que se promulga en el feminismo es una gran verdad y que por muchos momentos no sólo eso, ellas son realmente increíbles. Los hombres no tenemos esa hidalguía, no llevamos en nuestros hombres todo lo que ellas hacen como profesionales, madres, guerreras tanto que luchan contra la sociedad y sus cánones patriarcales. Las tres Valientes y luchadoras, digno motor de un país que necesita siempre mejorar y que en su vanguardia se encuentran siempre las mujeres.
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