Por Jonah Mandel
Jerusalén/AFP
Al menos tres palestinos murieron y unos 200 resultaron heridos este viernes en enfrentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este entre las fuerzas israelíes y los manifestantes, que protestan por las nuevas medidas de seguridad para acceder a la Explanada de las Mezquitas, indicó el ministerio palestino de Sanidad.
La explanada conocida como «Haram al Sharif» (Noble Santuario), donde se erigen la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, es sagrado para los palestinos pero también para los judíos- que la denominan Monte del Templo-, que sólo pueden rezar en el Muro de las Lamentaciones, el muro occidental que sobrevive de lo que fue el Templo de Jerusalén.
«Un palestino murió por disparos en el corazón», dijo el ministerio, explicando que el incidente tuvo lugar en Abu Dis, en la Cisjordania ocupada.
Poco antes la misma fuente anunció la muerte de otros dos personas en circunstancias similares, una en el barrio de Ras al Amud (cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén) y otra en la zona de A-Tur (Jerusalén Este).
La policía israelí prohibió este viernes a los hombres menores de 50 años acceder a la Ciudad Vieja de Jerusalén y a la Explanada de las Mezquitas, impidiendo que participaran en la oración musulmana del viernes en un contexto de fuerte tensión por este lugar venerado.
La explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la Cúpula de la Roca y la mezquita Al Aqsa, está situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el sector palestino de la ciudad santa cuya anexión por Israel nunca fue reconocida por la comunidad internacional.
Los palestinos denuncian desde el domingo la instalación de detectores de metal en las entradas al lugar santo, una decisión de Israel luego tras un ataque contra policías israelíes el 14 de julio.
Esta medida aumenta el temor de los palestinos de que Israel tome el control exclusivo del tercer lugar santo del islam, un sitio también venerado por los judíos con el nombre de Monte del Templo, y hoy habían hecho un llamamiento masivo al rezo para manifestar su protesta. Israel, por su parte, niega las acusaciones y las justifica por motivos de seguridad después de un atentado el pasado viernes en el lugar el que murieron dos policías israelíes
Desde entonces los palestinos decidieron no acudir a la Explanada y llevar a cabo la oración en la Ciudad Vieja.
Las protestas por la medida llegaron hasta Jordania, donde más de 8.000 personas se manifestaron este viernes en Ammán y otras ciudades del país.
«¡Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificaremos por tí, Al Aqsa!», gritaban los manifestantes en referencia a la mezquita situada en la explanada.
Aunque la gestión está oficialmente en manos de Jordania, guardiana de los lugares santos musulmanes en Jerusalén, Israel controla el acceso a la explanada, un lugar que cristaliza desde hace décadas las tensiones entre Israel y los palestinos.
Movimientos diplomáticos
La escalada de tensión hizo que el presidente palestino, Mahmud Abbas, pidiera hoy a Estados Unidos una intevención inmediata. En una conversación telefónica con el enviado especial estadounidense a la zona, Jared Kushner, Abbas pidió la retirada de los detectores de metal que Israel instaló en las entradas del lugar sagrado.
El presidente estadounidense, Donald Trump, «debe intervenir de inmediato para obligar a Israel a dar marcha atrás en las medidas adoptadas en la mezquita de Al Aqsa», pidió Abbas. La situación es «muy crítica» y en caso contrario, puede quedar fuera de control, alertó.
El presidente palestino interrumpió un viaje al extranjero debido a la crisis y regresó en la noche del jueves, según Wafa. Está previsto que la cúpula palestina se reúna en una sesión de urgencia para deliberar sobre la situación.
Por su parte, el líder del movimiento islámico Hamas, Ismail Haniya, hizo desde la Franja de Gaza un llamamiento a los líderes musulmanes y árabes a cumplir sus obligaciones de proteger los lugares sagrados en Jerusalén, mencionando especialmente al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y al rey Abdulá II de Jordania, que dirigen respectivamente la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) y la Liga de Estados Árabes, que deben supervisar los lugares sagrados del islam.
También Haniya llamó a los partidos y movimientos palestinos a celebrar una reunión urgente en El Cairo o Beirut para acordar medidas de «resistencia».