El pueblo ecuatoriano decidió continuar profundizando la Revolución Ciudadana que impulsó el economista Rafael Correas, hace más de una década, con el triunfo en las urnas, en segunda vuelta, de Lenín Moreno, el candidato de Alianza País.
Tanto el imperio como la derecha latinoamericana esperaban el triunfo del banquero derechista, Guillermo Lasso, de la alianza CREO, luego que en primera vuelta, si bien Lenín había ganado, no lo suficiente para hacerse del poder, tuvo que realizarse una segunda votación con los dos candidatos que obtuvieron el primer y segundo lugar.
Para la derecha y el imperio, que Lenín no haya ganado en primera vuelta, lo vieron como una oportunidad para Lasso, dado que, desde su lectura, el no triunfo en primera vuelta de Alianza País, era una muestra del alejamiento de un sector del pueblo ecuatoriano del movimiento gobernante.
La derecha, entonces, corrió a hacer alianzas, que con la ayuda de los medios y sus encuestas, todo pintaba que Lenín sería derrotado. Curiosamente, el candidato de derecha hizo alianzas, incluso, con dirigentes del “ultraizquierdismo” del Ecuador.
Pero, en la medida en que se acercaba la fecha para la segunda vuelta, otras encuestas daban una ligera ventaja a Lenín.
Esta ligera ventaja es la que se concretó el domingo pasado, durante la votación, pues, con el 94,18 % de las actas escrutadas, Lenín Moreno obtiene 51,07 % de los sufragios frente al 48,93 % alcanzado por el candidato de la coalición derechista Creando Oportunidades (CREO).
A Moreno le facilita remontar las encuestas a favor del candidato de CREO por dos razones, entre otras: en primer lugar, dado su virtud dialogante y concertadora, también logró importantes alianzas, sobre todo, en aquellos sectores descontentos con algunas prácticas de Gobierno, y, en segundo lugar, porque el votante le encajó la confianza en tanto que Lenín fue vicepresidente de la república en el primer gobierno de Correa y entre 2014 y 2016 se desempeñó como enviado especial del secretario de la ONU sobre Discapacidad y Accesibilidad.
La derecha ecuatoriana y su candidato perdedor ha tenido que recurrir al último recurso agendado en los planes desestabilizadores de la derecha latinoamericana: Desconocer el triunfo de Lenín Moreno y denunciar un supuesto fraude electoral.
Creemos que la derecha ecuatoriana fracasará en sus intentos de desestabilizar políticamente a Ecuador, al tratar de deslegitimar el triunfo de Alianza País, y con ello, el triunfo de Lenín Moreno se convertirá en un profundo respiro para la izquierda latinoamericana.
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