Washington / Prensa Latina
El presidente Donald Trump actúa con impunidad monárquica con su injerencia en el sistema de justicia de Estados Unidos, destaca hoy un editorial del New York Times.
La junta que dirige el diario aborda el ‘aire de impunidad monárquica’ que coloreó muchas de las acciones de Trump como presidente, pero especialmente en los últimos días.
‘Soy realmente, supongo, el principal oficial de la ley del país’, dijo el presidente Trump el martes, precisa la publicación.
Pero, señala la información, es alarmante que un presidente a cargo de la rama ejecutiva, que tiene la tarea de hacer cumplir la ley abuse fácilmente de ese amplio poder.
Para el mandatario, comenta el Times, la ley es algo que se aplica a sus adversarios, no a sí mismo o a sus amigos y siempre vio la ‘como otro conjunto de reglas a ser dobladas, si no rotas’.
Sostiene el Times que el presidente, instigado por los republicanos en el Congreso, ahora socava la aplicación justa de la justicia como lo hizo Nixon, en formas similares, y en algunos casos, más atroces.
Trump afirma que la Constitución le da ‘el derecho de hacer lo que quiera’. Sus abogados argumentaron en un caso federal relacionado con sus declaraciones de impuestos que un presidente en ejercicio ni siquiera puede ser investigado, agrega.
También, en una afirmación de autoridad ejecutiva, rechazan cualquier esfuerzo del Congreso para hacer responsable al presidente y al poder ejecutivo -incluso en una investigación de destitución- como ‘constitucionalmente inválido’.
En ese actuar, ejemplifica el rotativo, el martes, el presidente ‘concedió clemencia’ a una galería de pícaros, bueno, pícaros incluyendo al ex gobernador de Illinois Rod Blagojevich (extorsionando a un hospital infantil e intentando vender un asiento en el Senado) y al deshonrado comerciante de bonos basura Michael Milken (múltiples cargos de fraude fiscal y de valores), entre otros. Al respecto, subraya, el sistema judicial estadounidense está plagado de ejemplos de desigualdad, pero ser demasiado duro con los criminales de cuello blanco no está entre ellos.
Este aire de impunidad monárquica destacó en muchas de las acciones de Trump como presidente, pero especialmente en los últimos días atacando personalmente a los fiscales, al juez federal y a la presidenta del jurado en el caso de su amigo y exasesor Roger Stone.
Puntualiza el editorial que el sistema legal de la nación está ahora dirigido por un hombre que se pasó la vida burlándose de él y sugiere que ‘una nueva salvaguardia potencial sería que el Congreso hiciera más independiente al Departamento de Justicia, como la Reserva Federal, aislándolo así de la intromisión interesada de presidentes poco éticos’ como el actual.
Para ser justos, los fundadores de Estados Unidos incluyeron dos barreras para protegerse de un jefe ejecutivo sin ley: Uno es la impugnación. El otro es una elección cuatrienal, subraya la junta editorial del diario neoyorquino.