Por Antonio Rodríguez
París/AFP
Con la retirada del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP) y su intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el presidente Donald Trump da un vuelco al comercio mundial, obligando a China, Europa y las potencias emergentes a buscar nuevas pistas.
Desde el inicio de su presidencia, Trump ha cumplido su promesa electoral de retirar a Estados Unidos del TPP, una de las prioridades de su predecesor Barack Obama, que buscaba con este acuerdo un contrapeso a la creciente influencia de China.
«Es una oportunidad perdida para los países exportadores que querían un mayor acceso a mercados importantes» explica Marie Diron, de la agencia de calificación Moody’s, en una nota publicada el miércoles.
El fracaso de este tratado, firmado en 2015 por 12 países de Asia-Pacífico –pero no China– que representan el 40% del PIB mundial, va a penalizar a países exportadores como Vietnam, Malasia, Brunei y sobre todo México, integrante latinoamericano de este TPP junto a Chile y Perú.
En cambio afectará menos a Japón o Australia, «cuyo acceso al mercado mundial es mayor» según esta experta.
Los países emergentes también se van a ver obligados a buscar nuevas opciones, como es el caso de México, en situación difícil después de que Trump exigiera la renegociación del TLCAN y amenazara con tasar las importaciones mexicanas, en especial en el sector automotor.
El gobierno mexicano ha advertido por su lado que abandonará la mesa de negociaciones en caso de desacuerdo con Estados Unidos, aunque no precisó si se volverá hacia China, primer exportador mundial de bienes, o hacia otros países.
China a la ofensiva
China está pasando en efecto a la ofensiva para sacar provecho del repliegue de Estados Unidos. El presidente Xi Jinping acudió la semana pasada al Foro Económico de Davos para proclamar su rechazo al proteccionismo y defender el libre comercio.
«A medida que Estados Unidos se retira del resto del mundo, China va a ocupar el menor espacio disponible» explicó a la AFP Steen Jacobsen, economista-jefe del banco danés Saxo.
La retirada del TTP «da así opciones a China no solamente en Asia o en la región Pacifico ¡también hasta en México!», como subrayó el economista Nouriel Roubini durante ese foro de Davos.
El economista exhortó además a México y a otros emergentes a acercarse a Pekín.
«Si Estados Unidos no quiere a México en el TLCAN, pues que (México) se sume a un acuerdo de libre comercio» con China, declaró.
Pero la opción china no es necesariamente la solución más fácil, como opina Radu Vranceanu, profesor de economía en el Essec.
«China tiene un gran discurso sobre la globalización, pero sigue siendo un país mucho más cerrado que Estados Unidos para los países extranjeros» recuerda. China «no es en ningún caso un ejemplo de libre comercio», agrega.
Algunos países firmantes del TTP ya han empezado a estudiar la posibilidad de sumarse al acuerdo económico regional lanzado por China «pero los acuerdos comerciales potenciales previstos no tienen las mismas ventajas que el TTP», advierte Diron, de Moody’s.
«No veo riesgo chino para Washington», concluye Vranceanu. «La ventaja comparativa de Estados Unidos es la innovación, que encontramos en los productos que exporta».
Y en lo que respecta a Europa, el continente podría sacar alguna ventaja.
«Estos factores externos (que podrían reducir las exportaciones europeas) obligarán a Alemania a aumentar su consumo para mantener el mismo nivel de crecimiento», explica Jakobsen.