‘Si me enfrentara a él, le ganaría como le ganaría a todos los demás’, afirmó Trump, quien especula acerca del posible candidato del Partido Republicano para las venideras elecciones, en las que tratarán de recuperar la Casa Blanca.
Según recordó el diario The Hill, un sondeo de opinión realizado en julio en la Conferencia de Acción Política Conservadora acerca del aspirante presidencial de la fuerza roja en 2024, dio a DeSantis altas calificaciones.
Cuando se preguntó a los asistentes por quién votarían en las primarias republicanas si se celebraran ese día, el 70 por ciento de los encuestados dijo que por Trump y el gobernador de Florida quedó en segundo lugar con el 21 por ciento de los votos.
Sin embargo, cuando indagaron con los encuestados a quién apoyarían sin Trump como opción, DeSantis encabezó la encuesta con un 68 por ciento.
El floridano, un ferviente partidario del magnate neoyorquino, anticipó a Fox News que su plan es presentarse a la reelección en 2022 y que ‘no está considerando nada más allá’ que no sea hacer su trabajo.
Hace dos meses, Trump comentó al propio medio de prensa que ya tomó una decisión sobre sus objetivos para 2024, pero no abundó más y tiempo después expresó que era una ‘pregunta fácil’ si se presentaría de nuevo.
Una pesquisa de la Universidad de Quinnipiac, difundida entonces, reveló que el 60 por ciento de los adultos de todo el país consideraba que sería malo para Estados Unidos si Trump volviera a la presidencia.
Por otro lado, un estudio de opinión del Centro de Políticas de la Universidad de Virginia, arrojó que el 52 por ciento de los votantes de Trump quieren que los estados republicanos (rojos, por el color que identifica al partido) salgan de la Unión.
Para muchos resultó interesante que en la propia investigación -divulgada el pasado 30 de septiembre- al menos seis de cada 10 electores de Trump o de Biden consideraron que Estados Unidos no es una democracia representativa, sino ‘un sistema que es gobernado y amañado para el beneficio de los ricos’.
El exocupante del Despacho Oval sigue sin admitir su derrota en los comicios de noviembre y persiste en la teoría de un fraude sin presentar evidencia.
Trump no asistió a la toma de posesión de su sucesor Biden y continúa alegando, casi nueve meses después de su salida de la mansión ejecutiva, que la elección le fue robada.