Washington / AFP
Paul Handley
Tras elecciones que dejaron al Congreso de Estados Unidos dividido, el presidente Donald Trump despidió el miércoles al fiscal general, Jeff Sessions, abriendo interrogantes sobre la investigación sobre la trama rusa que atormenta a la Casa Blanca y generando severas advertencias de la oposición demócrata.
¿Podrá continuar su trabajo el fiscal especial Robert Mueller, que dirige esa pesquisa independiente y que hasta ahora se ha mantenido aislado de interferencias del Ejecutivo?
Un día después de unos comicios de mitad de mandato en los que el gobernante partido Republicano perdió el control de la Cámara de Representantes pero aumentó su mayoría en el Senado, la decisión de Trump fue vista como una señal de su optimismo hacia el resultado electoral, que tildó de «casi completa victoria».
Trump, que anunció en Twitter la salida de Sessions, dijo que el fiscal general será sustituido temporalmente por su propio jefe de personal, Matthew Whitaker, quien pasaría a supervisar la labor de Mueller. Pero Whitaker ya criticó públicamente al vicefiscal general, Rod Rosenstein, a quien Sessions había delegado la supervisión de esa investigación.
«Es hora de que Rosenstein (…) ordene a Mueller que restrinja el alcance de su investigación a los límites del mandato que lo designa como fiscal especial», escribió Whitaker en una columna en agosto de 2017.
La investigación de Mueller, que Trump considera una «caza de brujas», debe dilucidar si existió connivencia entre la campaña electoral de Trump y Rusia para tratar de dañar a su rival demócrata Hillary Clinton. Además, busca examinar los posibles intentos por parte del propio Trump de obstruir la pesquisa, que podría terminar en un juicio político al mandatario.
Un eventual proceso de destitución, poco probable en el clima político actual, debe iniciarse en la Cámara baja, que sólo necesita una mayoría simple para activarlo. Pero luego el juicio político se desarrolla en el Senado, donde son necesarios dos tercios de votos para remover al presidente.
En rueda de prensa tras la votación, Trump afirmó que esperaba poder trabajar con los demócratas, pero puso como condición que renuncien a sus intenciones de investigar su gobierno y sus finanzas.
– Advertencia demócrata –
«Nadie está por encima de la ley y cualquier intento por interferir con la investigación del fiscal especial sería un grave abuso de poder por parte del presidente», dijo Mark Warner, principal demócrata en la Comisión de Inteligencia del Senado.
El demócrata Jerry Nadler, quien se espera que se haga cargo de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, fue más directo: «No hay duda de lo que esto significa, y lo que está en juego: este es un momento constitucionalmente peligroso para nuestro país y para el presidente».
Sessions, a quien Trump llegó a llamar «retrasado mental» según el periodista Bob Woodward, fue la primera víctima de una esperada reorganización del gabinete luego de los comicios.
«A petición suya, presento mi renuncia», dijo Sessions a Trump en una carta divulgada por el Departamento de Justicia.
Exsenador de Alabama de 71 años, el ultraconservador Sessions fue uno de los primeros en apoyar al magnate inmobiliario en las primarias de 2016, dándole legitimidad ante la escéptica élite política republicana.
Pero el inquilino de la Casa Blanca tenía desde hace meses una relación tensa con su fiscal general, luego de que éste anunciara en marzo de 2017 que se recusaba de la naciente investigación sobre Rusia debido a su participación en la campaña de Trump y a sus contactos entonces con el embajador de Rusia.
Sessions le pasó la posta a Rosenstein, haciendo más difícil para Trump incidir en la investigación.
– 34 personas acusadas –
Esto no impidió que Trump acusara a Mueller de dirigir a un equipo de demócratas y amenazara con cerrar la investigación, algo que descartó el miércoles. «Podría despedir a todos ahora mismo. Pero no quiero ponerle fin, porque políticamente no me gusta», dijo.
Mueller hizo acusaciones contra 34 personas y tres compañías. Hasta ahora ha habido ocho declaraciones de culpabilidad y una sentencia de juicio por jurado.
Varios de los principales asesores de Trump acordaron cooperar: el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn; el exjefe de campaña Paul Manafort y su asistente Richard Gates; y el ex vicepresidente de la Organización Trump y abogado personal de Trump, Michael Cohen.
Se espera que Mueller presente en las próximas semanas nuevas acusaciones, posiblemente contra el asesor de la campaña de 2016 Roger Stone, y el hijo de Trump, Donald Jr.
Además, la Casa Blanca ha mostrado preocupación porque Mueller está investigando las finanzas de la Organización Trump y sus vínculos con Rusia. Ahí es donde Whitaker podría servir a los intereses del presidente.
En su artículo de opinión el año pasado, declaró que las finanzas familiares de Trump están «completamente fuera del ámbito de su campaña de 2016 (y) más allá del alcance del mandato del fiscal especial».