Washington/Pekín/Moscú/dpa
El presidente estadounidense, Donald Trump, adoptará una postura más dura respecto a Irán pero por el momento no parece que vaya a retirarse del acuerdo nuclear suscrito con el país persa, según se desprende de un documento estratégico hecho público hoy por la Casa Blanca.
Según el documento, Estados Unidos se concentrará en «neutralizar» la «desestabilizadora influencia» del Gobierno iraní y en contener sus «agresiones», sobre todo en lo que se refiere al apoyo al terrorismo.
Washington se centrará especialmente en bloquear la financiación de la Guardia Revolucionaria -directamente bajo las órdenes del ayatolá Ali Jamenei-, responder a las amenazas del sistema de misiles balísticos iraní, a las violaciones de derechos humanos y a evitar que consiga la bomba nuclear, señala.
«El temerario comportamiento del régimen iraní, y de la Guardia Revolucionaria en particular, supone una de las mayores amenazas a los intereses de Estados Unidos y de la estabilidad regional», apunta el texto.
Sobre el acuerdo nuclear con Irán, asegura que debe «imponerse con dureza» y que el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) debe «aprovechar al máximo» su derecho a inspeccionar las instalaciones atómicas iraníes, algo que en realidad ya se hace.
Trump hablará hoy a las 12:45, hora local, sobre su estrategia respecto a Irán, pero en contra de lo que se temía, no parece que vaya a sacar a Estados Unidos del acuerdo.
Lo que sí podría hacer es distanciarse del mismo y no certificar ante el Congreso que Teherán esté cumpliendo las condiciones del pacto, suscrito en 2015 por Irán y el grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania).
El acuerdo tiene como objetivo limitar la capacidad de Irán de enriquecer uranio u otros materiales para fabricar armas atómicas y a cambio reduce las sanciones impuestas a Teherán.
Trump tiene de plazo hasta el domingo para certificar ante el Congreso si Irán cumple con esas condiciones. Si no lo certifica, le pasaría así la pelota al Congreso, que en un plazo de 60 días tendría que decidir si vuelve a imponer sanciones a Teherán. Esa medida supondría una violación del pacto por parte de Estados Unidos y equivaldría a una salida del mismo. Aun así, no está claro si en el Senado hay una mayoría a favor de volver a sancionar a Irán.
En el documento avanzado por la Casa Blanca, Trump acusa al Gobierno de su antecesor Barack Obama de «miopía» al haberse centrado sólo en el programa nuclear iraní y no «en muchas otras actvidades infames» de Teherán. «El Gobierno de Trump no repetirá esos errores», advierte.
Varios de los países firmantes del acuerdo, como China, Rusia, Alemania o Reino Unido reiteraron su compromiso con el mismo en las últimas horas y días.
«Esperamos que las partes sigan apoyando y aplicando el acuerdo nuclear iraní», afirmó hoy la portavoz de Exteriores china, Hua Chunying, que destacó el importante papel que ha desempeñado «en el mantenimiento del sistema internacional de no proliferación nuclear y en la preservación de la paz y la estabilidad en Cercano Oriente».
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, transmitió también hoy el compromiso de su país a su homólogo iraní, Mohammed Yawad Zarif. Alemania, por su parte, pidió a Trump que se mantenga dentro del acuero y advirtió del riesgo de guerra en Cercano Oriente si Estados Unidos lo abandona. Y la primera ministra británica, Theresa May, advirtió esta semana a Trump de que el acuerdo tiene «importancia vital para la seguridad regional».