Por Dave Clark
Washington/AFP
La Casa Blanca confirmó que el presidente Donald Trump participará en la cumbre de la OTAN en Bruselas el 25 de mayo, mientras Washington busca acabar con las dudas de su compromiso con la alianza.
«El Presidente espera reunirse con sus contrapartes de la OTAN para reafirmar nuestro firme compromiso con la OTAN y debatir cuestiones cruciales para la alianza, especialmente la responsabilidad compartida de los aliados y el papel de la OTAN en la lucha contra el terrorismo», dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Horas antes se había informado que el secretario de Estado, Rex Tillerson, faltará a su primera reunión de la OTAN en abril, lo que avivó este martes las dudas de los aliados de Estados Unidos sobre su compromiso con la alianza, aunque Trump se entrevistará próximamente con el jefe de la organización transatlántica.
El Departamento de Estado enviará en lugar de Tillerson a su número tres, el subsecretario de Estado y director de política Thomas Shannon, un veterano diplomático, a la reunión de ministros de Exteriores de países de la OTAN el 5 y 6 de abril a Bruselas.
Esta decisión sin precedentes amenaza con preocupar aun más a una alianza atlántica ya inquieta por las críticas de Trump, que la había calificado de «obsoleta».
Sin embargo, la Casa Blanca anunció el martes en la noche que Trump asistirá a la cumbre de la OTAN, el 25 de mayo en Bruselas.
La ausencia de Tillerson podría explicarse por la posible visita del presidente chino, Xi Jinping, a la residencia privada del mandatario estadounidense en Florida a comienzos de abril.
La diplomacia estadounidense se limitó a explicar que, de todos modos, Tillerson se verá esta semana con la mayoría de sus homólogos de la OTAN en la reunión en Washington de los 68 países de la coalición que combate al Estado Islámico (EI).
«Ya se entrevistó con funcionarios ucranianos. Tras estas consultas y reuniones, irá en abril a una reunión del G7 en Italia y luego participará en reuniones en Rusia», señaló una fuente del Departamento de Estado.
Jefe de la alianza en Washington
La diplomacia estadounidense propuso «otras fechas» para que Tillerson pudiera acudir a la reunión de la OTAN, aseguró su portavoz Mark Toner.
Su ausencia «no debe considerarse de ninguna manera como un desprecio a la alianza y a nuestro compromiso con la alianza y la seguridad de Europa», insistió, reiterando que Estados Unidos «sigue comprometido 100% con la OTAN».
La alianza atlántica anunció más temprano este martes que el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunirá con el presidente estadounidense antes de la cita de gobernantes en Bruselas.
La Casa Blanca dijo que el encuentro del 12 de abril entre Trump y Stoltenberg les permitirá «conversar sobre como reforzar la alianza para hacer frente a los desafíos de la seguridad nacional e internacional».
Stoltenberg, que este martes estuvo en el Pentágono, subrayó tras su encuentro con el secretario de Defensa, Jim Mattis, que la OTAN no solo tiene en cuenta los intereses europeos, también los estadounidenses.
«Una OTAN fuerte es tan buena para Norteamérica, porque la estabilidad en Europa es buena para todos», afirmó.
Stoltenberg quiso por otro lado tranquilizar a la administración Trump, que desea que los países europeos contribuyan más en el mantenimiento de la OTAN, enfatizando en «la necesidad de compartir los gastos de forma justa».
«Dudas crecientes»
Pero teniendo en cuenta el papel crucial de Estados Unidos en el seno de la alianza, la ausencia de su nuevo secretario de Estado supone un golpe para la cita de ministros, y no dejará de preocupar a algunos miembros, sobre todo a los países del este de Europa, inquietos por Rusia.
La alianza atlántica decidió estos últimos años fortalecer como nunca antes desde el fin de la Guerra Fría la presencia militar en su flanco oriental, debido a una actitud considerada amenazante de Moscú desde que se anexó la península ucraniana de Crimea en 2014.
Esta ausencia «alimenta las crecientes dudas de los aliados sobre el compromiso de Estados Unidos», escribió Ivo Daalder, exembajador estadounidense ante la OTAN. Actualmente presidente del centro de reflexión Chicago Council, escribió en Twitter que la reunión ministerial era «crucial» para preparar las cumbres de la OTAN. «Estados Unidos no puede faltar».
«Por supuesto que el secretario Tillerson debería estar en la reunión de la OTAN», afirmó otro exembajador estadounidense ante la OTAN, Nicholas Burns, profesor en Harvard. «Somos los líderes de la OTAN y deberíamos reunirnos con nuestros aliados antes que con Rusia».
Varios funcionarios de alto rango de la administración Trump intentan reafirmar el compromiso de Washington con sus aliados militares en Europa.
Pero la tarea es difícil a causa de las recurrentes críticas de Trump. La semana pasada, por ejemplo, expresó en Twitter, después de reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, que Alemania debía «sumas enormes» de dinero a la OTAN y Estados Unidos, reanudando así sus denuncias de que los aliados de Estados Unidos no están pagando su parte.