Isaac Bigio*
En una reciente concentración de Trump en un antiguo Estado de la Confederación que apoyó a la esclavitud en la guerra civil norteamericana, muchos de sus partidarios coreaban la consigna demandando que se fuese del país la congresista demócrata Ilhan Omar, que es la primera mujer somalí y que usa el velo musulmán en la Casa de los Representantes de EE. UU.
Todo ello es parte de una ofensiva de insultos que el actual presidente estadounidense ha desatado contra las cuatro mosqueteras de piel oscura, que son portavoces del ala radical del partido demócrata en el congreso de Washington.
Un tweet del presidente Donald Trump ha desatado un huracán en el congreso de EE. UU. donde hay muchos que quieren que este fuese otra prueba más para ir hacia un proceso para removerlo del poder.
Este fue dirigido contra las cuatro congresistas demócratas radicales, que pertenecen a minorías étnicas diciéndoles: “Qué interesante ver a congresistas demócratas ‘progresistas’, que originalmente vienen de países cuyos gobiernos son una catástrofe completa y total, los peores, más corruptos e ineptos de cualquier parte del mundo (si es que ellos tienen un gobierno algo funcional)”.
Nancy Pelosi la portavoz de la Casa de los Representantes, sostuvo que tras el slogan central de Trump “Hacer Grande Nuevamente a América” se pretende “Hacer Blanca Nuevamente a América”. Una moción avalada por ella atacando a Trump por “racista”, fue aprobada en dicha Cámara por 240 votos a favor y 187 en contra. Esto implica que a los 235 congresistas demócratas se les sumaron el único disidente republicano, que se salió de su partido para demandar un “impeachment” contra Trump y cuatro legisladores oficialistas. Media docena de otros congresistas republicanos tampoco respaldaron a Trump, pues la bancada oficialista consta de diez miembros más de los que rechazaron dicha resolución.
Se supone que todo presidente de una nación debe promover la unidad de sus compatriotas al margen de cualquier diferencia de raza, credo, color o sexo. No obstante, Trump no solo que ofendió a mujeres y a más de un cuarto de sus 300 millones de habitantes que no tienen la tez blanca, sino que insistió en reivindicar su tweet original mandando otro condenando a esas cuatro congresistas por hacer daño a EE. UU. Luego se ha referido a éstas implicando que ellas traicionan a su patria diciendo que para ellas EE. UU. nació malvado y cada vez es más malvado.
ESCUADRÓN
Estas cuatro mujeres son las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Presley, Ilhan Omar y Rashida Tlaib. Ellas son conocidas como el “escuadrón” por defender el medio ambiente y la salud pública gratuita y oponerse a la construcción del mega-muro contra México y varias agresiones exteriores.
Tres de ellas han nacido hace cuatro décadas en EE. UU. mientras Omar, la única congresista musulmana que usa velo proviene de una familia de refugiados somalíes. Presley es una afro-americana con antepasados esclavos. Ella tiene más raíces americanas que el mismísimo presidente. Tlaib es hija de inmigrantes palestinos que anteriormente llegaron a vivir en Nicaragua.
Los ancestros de Ocasio-Cortéz son de Puerto Rico, Estado Libre Asociado de EE. UU. donde todos los que nacen allí tienen derecho automático a la ciudadanía estadunidense. Ella tiene más raíces americanas que Trump en cuyo hogar se hablaba alemán y cuya madre fue una europea indocumentada.
Omar se hizo ciudadana estadounidense siendo niña, por lo que ella tiene más tiempo como tal que la primera dama quien obtuvo la ciudadanía solamente tras casarse con Trump en 2005.
El septuagenario multimillonario rubio machista xenófobo y despreocupado de la ecología, que lidera el ala ultraderechista del partido republicano es la cara opuesta a estas cuatro mujeres de tez oscuras, que bordean las cuatro décadas de vida, que defienden a los inmigrantes y al medio ambiente y son parte del ala más radical del opositor partido demócrata.
INCONSISTENCIAS
El tweet de Trump tiene incongruencias. Gran parte de los ancestros de los actuales estadounidenses provienen de monarquías o regímenes autoritarios europeos, que propiciaron guerras y mucha corrupción como los de Italia fascista y pre-fascista, Alemania nazi y pre-nazi o Rusia zarista. Millones de ellos escaparon de la pobreza, el hambre y las persecuciones de varios países de la vieja Europa. Trump concibe que los peores y más corruptos países del mundo fueron los regidos por partidos comunistas del Este europeo, en los mismos en los cuales nacieron su primera esposa Ivona y su actual Melania.
Sin embargo, de esas naciones él no dice que son o fueron “países cuyos gobiernos son una catástrofe completa y total, los peores, más corruptos e ineptos de cualquier parte del mundo”. Tampoco dice lo mismo de los enclaves coloniales europeos en el continente negro o de los reinos serviles africanos, que les proveían de esclavos de los cuales provienen antepasados de decenas de millones de estadounidenses.
¿Cuáles son los “países cuyos gobiernos son una catástrofe completa y total, los peores, más corruptos e ineptos de cualquier parte del mundo” de los que provienen esas cuatro congresistas demócratas?
Como hemos visto tres de ellas nacieron en EE. UU, siendo una de ellas de ancestros portorriqueños. Dicha isla desde 1898 está bajo control de EE. UU. y es uno de los territorios que más soldados y muertos en guerra por habitante ha proveído a dicha potencia. Otra tiene ancestros negros nacidos en el territorio continental de EE. UU. Los padres de Tlaib provienen de dos pueblos palestinos; uno de los cuales es ocupado por Israel desde hace 52 años (después que ella nació) y otro es parte de Jerusalén, ciudad que Trump considera que debe mantenerse unida como capital de Israel, Estado que la ha anexado en su totalidad. Sin darse cuenta a quien Trump ofende es al país que más ayuda militar y financiera provee de todos los que hay en el mundo, y a quien ha viajado para reconocer la incorporación del Golán sirio y de toda Jerusalén (en cuya urbe ha edificado su nueva embajada).
El único país al cual Trump podría referirse como ser uno disfuncional, corrupto e inepto es a Somalia. No obstante, ello implica ignorar la historia de esta nación y el rol que EE. UU. ha causado en su crisis. Tanto Somalia como Libia fueron las únicas colonias que Benito Mussolini siempre tuvo en África. Tras décadas de opresión fascista ambos países se independizaron para después haber sido masivamente bombardeados por EE. UU. y sufrido por los horrores de las bandas armadas fundamentalistas inspiradas en Al Qaeda, entidad creada bajo auspicio de la CIA y de sus aliados en 1989-90 como contrapeso a la ocupación soviética de Afganistán.
RACISMO
En Mayo 2018 Trump se jactaba en TV de que estaba expulsando a muchos inmigrantes del país en un nivel nunca antes visto, y que muchos de ellos son “animales y no personas”.
De hecho jamás antes se ha deshumanizado tan mal a los inmigrantes latinoamericanos. Se amontonan a decenas de ellos en celdas pequeñas a quienes se les hace dormir sobre concreto, se les quitan a sus hijos, o se les atacan verbal o físicamente.
Los migrantes mesoamericanos tienen históricamente más derechos que los ancestros europeos de Trump a dichas tierras. Durante siglos los territorios a ambas márgenes del Río Grande eran transitados libremente por los nativos americano, luego por los habitantes del virreinato de Nueva España (el cual llegó incluso hasta partes de Alaska) y después de México.
Antes de que Washington conquistase varios Estados (desde California a La Florida) en estos las lenguas dominantes eran el español y otras nativas similares a los de los inmigrantes mesoamericanos.
La familia lingüística uto-azteca se esparce desde Utah hasta Centroamérica, y demuestra que los aztecas originalmente provienen de lo que hoy es EE. UU. mientras que la vasta cuenca del Mississippi (casi la mitad de EEUU), estaba repleta de pirámides y pueblos que producían el maíz que fue inicialmente desarrollado en la costa pacífica mexicana.
Trump abiertamente incentiva el repudio a los inmigrantes y a esas congresistas mujeres de tez no clara. Lo hace porque él apela al 75 % de sus compatriotas que son de ascendencia europea, y dentro de éstos a los varones ante quienes él se presenta como un “macho” hábil en rodearse de mujeres bellas a quienes opaca.
Mientras su homóloga británica Theresa May fue el 14 de julio al estadio a alentar a su selección, para que ganase el mundial de cricket y luego les recibió en su residencia, Trump no hizo lo mismo el domingo anterior para alentar a su equipo nacional en el mundial de fútbol femenino. Hoy se niega a recibir en su despacho a las tetra-campeonas cuya estrella es una lesbiana y quienes demandan igual paga que la que reciben los varones de su menos exitosa selección masculina.
Trump busca presentar a estas congresistas (algunas de las cuales se auto-definen como “socialistas”) como parte de la anti-patria, mientras que varios supremacistas blancos hablan de una conspiración de las minorías étnicas para hacerles un “genocidio” (revirtiendo el que ellos hicieron a los amerindios).
ANTI-LATINO
Hoy EE. UU. y México tienen los presidentes más antípodas. Trump demanda miles de millones de dólares para construir un muro que separe a las Américas entre la parte rica, blanca y anglo-parlante de la pobre, mestiza e hispánica. Hace ello en vez de invertir dicha fortuna en obras que disminuyan las extremas desigualdades sociales en su propio país y hemisferio.
Mientras el rubio racista Trump es el mandatario más derechista que haya tenido recientemente EE. UU., y el único en la historia mundial en haber llegado al poder tras haber sacado casi tres millones de votos menos que los de su contrincante. El mestizo y pro-indígena centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador es el presidente americano que haya sacado la más amplia victoria electoral en una presidencial, que tenga una sola ronda.
Trump ha querido imponer sobre México los costos de la construcción del mega-muro, y luego le ha castigado a dicha república subiendo los aranceles de los productos que envía a su país (que conforma el 80 % de las exportaciones mexicanas).
Trump ha desbaratado el Tratado de Libre Comercio Norteamericano buscando otro arreglo comercial con Canadá y México. También ha logrado desintegrar a la Unión de Naciones Sudamericanas, el primer y único intento de unir a las doce repúblicas sudamericanas.
Barack Obama fue el primer y único presidente estadounidense en visitar a Cuba castrista. Trump en vez de acentuar ese camino y reincorporar a dicha isla a la OEA, para en esta puedan estar todas los 35 Estados del hemisferio, ha empujado a Caracas a salirse de ésta y abiertamente ha promovido la intervención militar en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
A fin de distraer a los latinoamericanos de sus políticas racistas contra su diáspora en EE. UU. (lo que les afecta reduciendo los ingresos por las remesas que ellos envían), Trump promueve aislar a los gobiernos contestatarios de su “patio trasero”. Trump se viene convirtiendo en el presidente americano que más promueve el racismo contra sus compatriotas de piel oscura y contra los inmigrantes, y también como el ejemplo para otros gobernantes xenofóbicos del mundo.
*Politólogo economista e historiador formado en la London School of Economics donde enseñó
ciencias políticas.