Washington / PL
Las ciudades estadounidenses con políticas de apoyo a personas sin residencia legal reciben hoy las subvenciones federales a las que tienen derecho, a pesar de los intentos del presidente Donald Trump de retener esos fondos.
Hace aproximadamente 18 meses, el Gobierno amenazó con retener los montos bajo el supuesto de que hace mucho tiempo ‘las urbes santuarios representan una amenaza para la seguridad pública al no dar caza a los indocumentados’.
La campaña contra las ciudades santuario se intensificó en noviembre de 2017 con cartas del entonces secretario de Justicia Jeff Sessions a áreas metropolitanas, condados o estados que consideraba habían aprobado medidas contrarias a las normativas federales vigentes.
De esas 29 jurisdicciones —que incluyen enclaves tan grandes como Los Ángeles y tan pequeños como Burlington, Vermont— solo a Oregón le falta la autorización del Departamento de Justicia para recibir las subvenciones.
No obstante, las autoridades de Vermont informaron que recibirían 2,3 millones de dólares bloqueados anteriormente en las próximas semanas.
Debido a ello el demócrata Patrick Leahy, senador por ese territorio, declaró victoria y aseguró que el dinero se usaría principalmente para la campaña antidrogas.
La derrota actual del Gobierno Trump en su guerra con las ciudades santuario es resultado de un sinnúmero de batallas en los tribunales.
Dos condados de California y la Conferencia de Alcaldes de los Estados Unidos presentaron en 2018 con éxito demandas contra la administración por sus amenazas de negar fondos federales.
Las ciudades santuario son vistas como centros de refugio, donde las políticas hacia los inmigrantes indocumentados son más amigables y pueden vivir sin temor a la persecución.