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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido que no habrá más exenciones para ningún país —en forma de reducciones en los volúmenes— que adquiera crudo iraní una vez que las actuales expiren el próximo 2 de mayo, reza el comunicado de la Casa Blanca, divulgado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en el marco de una rueda de prensa la mañana del lunes.
El objetivo de esta decisión es «reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán», y de esta manera negarle a la República Islámica su principal fuente de ingresos, se detalla en la nota divulgada por la Presidencia estadounidense.
De este modo, si desde el 2 de mayo la India, Italia, Grecia, Japón, Corea del Sur, Turquía, China y la isla china de Taiwáncontinúan comprando petróleo a Irán, Estados Unidos activará nuevas sanciones contra ellos. Desde noviembre de 2018 los citados Estados habían quedado exentos de las sanciones estadounidenses con el fin de que redujeran gradualmente la importación de crudo iraní.
Al mismo tiempo, «Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, tres de los grandes productores de energía del mundo, junto con nuestros amigos y aliados», se han comprometido «a garantizar que los mercados mundiales de petróleo sigan siendo abastecidos adecuadamente», han asegurado desde la Casa Blanca.
«Hemos acordado tomar medidas oportunas para garantizar que se satisfaga la demanda mundial, ya que todo el petróleo iraní desaparece del mercado», han añadido.
Tras la divulgación del comunicado, el presidente de Estados Unidos ha asegurado a través de su cuenta personal en Twitter que «Arabia Saudita y otros en la OPEP compensarán con creces la diferencia del flujo de petróleo en nuestras sanciones ahora completadas sobre el petróleo iraní».
Además, la Administración Trump ha declarado junto con sus aliados estar «decididos a sostener y expandir la campaña de máxima presión económica contra Irán para poner fin a la actividad desestabilizadora del régimen que amenaza a Estados Unidos, nuestros socios y aliados y la seguridad en Oriente Medio».
Desde la Casa Blanca también han subrayado que la decisión de Trump «sigue a la designación de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) como organización terrorista extranjera», un paso que obligó a la República Islámica a responder en reciprocidad declarando asimismo a las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio como terroristas.
Reacción de Irán
En respuesta a este paso de Estados Unidos, el ministerio de Exteriores de Irán ha declarado la misma jornada que tomará contramedidas correspondientes.
Asimismo, las autoridades iraníes han afirmado que la decisión de Estados Unidos no tiene «ningún valor», y que ya estaban en contacto con sus socios y vecinos europeos y «actuarán en consecuencia».
Además, un alto funcionario del Ministerio del Petróleo iraní ha asegurado en declaraciones a la prensa local que las exportaciones de crudo del país «no se reducirán a cero bajo ninguna circunstancia, a menos que las propias autoridades iraníes decidan hacerlo».
Según este funcionario, las autoridades del país han tomado las medidas necesarias para continuar exportando crudo. «El mercado internacional del petróleo necesita el petróleo iraní, e Irán tiene muchas maneras de vender su petróleo», ha aseverado.
Por su parte, Turquía también ha condenado la decisión unilateral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la exención de sanciones a los importadores de crudo iraní. Así, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, a través de su cuenta en Twitter ha asegurado que esta medida de Washington «no servirá para la paz y estabilidad regional, sin embargo dañará al pueblo iraní».
«Turquía rechaza las decisiones unilaterales e imposiciones sobre cómo conducir las relaciones con los vecinos», ha concluido el ministro turco.
Política de cero importaciones
El anuncio de Pompeo fue anticipado por los informes de dos funcionarios anónimos del Departamento de Estado quienes hablaron con The Washington Post. Estas fuentes consideraron que las perturbaciones del mercado petrolero internacional después de poner fin a las compras del petróleo iraní serían mínimas por dos razones: la oferta es ahora mayor que la demanda y Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos estarán dispuestos a alcanzar compromisos con el fin de compensar la situación.
«La política de cero importaciones iraníes se originó con el secretario Pompeo», reveló al periódico un alto funcionario del Departamento de Estado.
«Ha ejecutado esta política en estrecha coordinación con el presidente en cada paso. Debido a que las condiciones de no conceder más excepciones significativas de reducción ya se han cumplido, ahora podemos anunciar cero importaciones», concluyó.
En estos momentos China y la India son los mayores importadores de crudo iraní mientras que Japón y Corea del Sur son relativamente menos dependientes de estas importaciones. Por su parte, Grecia, Italia y la isla china deTaiwán ya han reducido sus importaciones de crudo iraní a cero.
Según datos de Reuters, Irán exportó un millón de barriles de crudo diario en marzo de este año, mientras que en abril del año pasado, un mes antes de que Trump anunciara que Estados Unidos se retiraba del acuerdo nuclear iraní, las exportaciones de crudo llegaron a los 2,5 millones de barriles.
Sanciones contra Irán
El pasado 5 de noviembre, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos volvió a introducir las restricciones económicas contra Teherán, que habían sido levantadas en el marco del acuerdo nuclear iraní, e incluyó a más de 700 personas y compañías iraníes en una ‘lista negra’.
La medida representa «una presión económica sin precedentes» contra la República Islámica y tiene como objetivo «negociar un acuerdo global que impedirá a Irán la adquisición de forma permanente de un arma nuclear y logrará el cese del desarrollo de los misiles balísticos de Irán», según el organismo.
El pasado 8 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la salida de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto y Completo (JCPOA, por sus siglas en inglés), con el argumento de que el documento no había logrado impedir «el enriqueciendo de uranio» por parte de Irán, al que acusó de violar los términos del pacto y de buscar de forma activa hacerse con armamento nuclear.
Los demás firmantes del acuerdo —Reino Unido, China, Francia, Rusia y Alemania— condenaron esa medida y se han mantenido fieles a lo estipulado.