Washington/AFP
El presidente Donald Trump recibe este miércoles en la Casa Blanca al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, ante quien no insistirá en una solución de dos estados para poner fin al conflicto palestino-israelí.
Estados Unidos ya no buscaría dictar los términos de un eventual acuerdo de paz entre Israel y los palestinos, sino que apoyaría lo que ambas partes acuerden, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
«Una solución de dos estados que no traiga paz es un objetivo que nadie quiere alcanzar», dijo el funcionario el martes bajo condición de anonimato.
«La paz es el objetivo, sea bajo la forma de una solución de dos estados si es lo que las partes quieren, sea otra cosa si las partes lo quieren», agregó.
«Va a ser un problema de ellos, nosotros no vamos a dictar los términos de la paz», dijo el funcionario.
Durante buena parte del último medio siglo los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas, respaldaron la solución de dos Estados, uno israelí y otro palestino, que fue la base de las conversaciones de paz de Oslo y de Camp David.
En Ramalá, la dirigente palestina Hanan Ashrawi, dijo a la AFP que la aparente ruptura del gobierno de Trump con una solución de dos estados «carece de sentido».
Miembro del comité ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), Ashrawi consideró que «administración estadounidense está tratando de satisfacer a la coalición extremista de Netanyahu».
Estimó que Estados Unidos «no puede» dejar de lado la solución de dos estados «sin (proponer una) alternativa», que ello «no es una política responsable y no sirve a la causa de la paz».
Trump, que desde que llegó a la presidencia, Trump buscó reafirmar que Estados Unidos es un férreo aliado de Israel y marcar diferencias con su antecesor Barack Obama, aún no ha hablado con la dirigencia palestina desde que asumió el gobierno.
Las colonias y la paz
Se espera que Trump comunique a Netnayahu su deseo de impulsar una solución al conflicto, y encargó a su yerno Jared Kushner y al abogado Jason Greenblatt encabezar esa búsqueda.
Pero hay muchas interrogantes acerca de cómo se alcanzará el objetivo de paz.
Netanyahu ganó la elección de 2015 con la promesa de que no aceptará la creación de un estado palestino, algo que tensionó las relaciones con el gobierno de Obama.
El ex presidente fustigó la política israelí de impulsar asentamientos en tierras palestinas ocupadas como contraria a una solución de dos estados.
Trump dijo en una entrevista publicada la semana pasada por el diario israelí Israel Hayom que «no soy alguien que piense que la expansión de las colonias sea buena par la paz».
Aunque evocó la posibilidad de que Israel construya sobre tierras ya en desarrollo.
«La construcción de nuevos asentamientos o la expansión de los asentamientos existentes más allá de sus actuales límites podría no ayudar a lograr el objetivo» de la paz, dijo la Casa Blanca a comienzos de febrero.
Rusia, Irán
Netanyahu llegó el lunes a Washington y cenó el martes con el secretario de Estado Rex Tillerson. Tras reunirse este miércoles con Trump, el primer ministro israelí sostendrá encuentros con legisladores.
Además de procurar el apoyo de Trump tras ocho años de tensiones con Obama, Netanyahu también buscará evaluar el apetito del magnate por mejorar las relaciones de Estados Unidos con Rusia.
En efecto, Trump ha manifestado su interés de trabajar con Moscú para derrotar al grupo Estado Islámico lo que implicaría impulsar los objetivos de Siria e Irán, aliados de Rusia.
Israel considera a Irán y a la milicia libanesa Hezbolá como las principales amenazas a su existencia, visión que comparten los líderes de los estados sunitas árabes de la región.
Netanyahu, uno de los más duros detractores del acuerdo nuclear alcanzado por Irán con las potencias internacionales en 2015, cuenta con poner el acento sobre ese país.
El primer ministro calificó de «error histórico» a ese acuerdo, en tanto Trump dijo que el mismo era «lo más estúpido» que había visto.
Poco antes de su partida hacia Estados Unidos, Netanyahu dijo: «la alianza con Estados Unidos siempre fue extremadamente fuerte. Y lo será aún más (…) El presidente Trump y yo tenemos una visión similar sobre los peligros que emanan de la región, pero también de las ocasiones» que se presentan.