Por Ramon Sahmkov
Washington/AFP
El presidente estadounidense Donald Trump recibe este viernes a su par peruano Pedro Pablo Kuczynski, en la primera reunión con un líder latinoamericano en la Casa Blanca desde la investidura del mandatario republicano hace un mes.
Tras reunirse con el nuevo secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, la mañana del viernes en Nueva York, Kuczynski viajará en la misma jornada a Washington para el encuentro con Trump, previsto para las 3:00 de la tarde, hora local.
Los mandatarios conversarán sobre «proteger el libre comercio en las Américas y en el mundo», señaló Kuczynski.
«Vamos a hablar de las perspectivas políticas y también de nuestros conciudadanos peruanos que viven en Estados Unidos», añadió.
El libre comercio separa a Kuczynski, un exbanquero de Wall Street, de Trump: mientras el primero defiende el tema, el segundo promete sanciones a las empresas que muden su producción al exterior y amenaza con fijar aranceles a las importaciones de México.
Pero tendrán un punto común respecto a Venezuela: ambos han lanzado críticas al presidente Nicolás Maduro.
Anteriores desencuentros
El encuentro puede resultar incómodo para el mandatario peruano, quien en septiembre calificó como «un crimen» el plan del entonces candidato Donald Trump de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México y cuyo levantamiento inmediato ordenó en un decreto emitido el 25 de enero.
Kuzcynski, un liberal de derecha que dirigió un fondo privado para promover el acceso al agua, también criticó al gabinete de Trump, asegurando que el medioambiente está «bajo ataque».
El primer presidente de un país latinoamericano en visitar a Trump debió ser el mexicano Enrique Peña Nieto, quien canceló la cita en medio de la crisis diplomática generada por la orden del estadounidense para construir el muro en la frontera entre ambos países.
La visita de Kuczynski fue anunciada el miércoles de manera inesperada por Lima, aprovechando que el presidente peruano acudirá el 25 de febrero a la Universidad de Princeton, donde recibirá un premio como exalumno destacado y participará de una conferencia.
A Princeton, en el estado de Nueva Jersey, el mandatario peruano viajará en tren, dijo a la AFP un portavoz de la embajada peruana. Al fin de la jornada del sábado volará de vuelta a Perú.
Comercio y Venezuela
Kuczynski, que asumió el poder en julio de 2016, llega a Estados Unidos en tiempos que América Latina y el mundo observan con atención a Trump, quien va erigiendo un gobierno muy distinto del de su antecesor, el demócrata Barack Obama.
El mandatario estadounidense optó por salir del Tratado Transpacífico (TPP), del que forma parte Perú, aunque las críticas de la Casa Blanca no han apuntado al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos, adoptado en 2009.
A diferencia de México, la balanza comercial de Perú, que exporta principalmente minerales e hidrocarburos a Estados Unidos, es negativa.
Pese a las diferencias, la situación en Venezuela es un importante punto de consenso.
Kuzcynski ha pedido a los países latinoamericanos unirse para resolver lo que él ha llamado de «crisis humanitaria» en Venezuela, por la crónica carencia de medicinas y alimentos.
De su lado, en poco más de un mes de gobierno, Trump instó a liberar al dirigente opositor Leopoldo López, y el Departamento del Tesoro impuso sanciones -producto de una investigación iniciada durante el gobierno de Obama- al vicepresidente venezolano Tareck El Aissami, acusado de narcotráfico.
Los mandatarios también podrían conversar sobre el expresidente peruano Alejandro Toledo, requerido en su país por cargos de corrupción, quien se encontraría en la ciudad estadounidense de San Francisco, y cuya deportación Kuczynski pidió a Trump.
Trump prácticamente no abordo las relaciones con América Latina durante la campaña, y concentró sus dardos más envenenados, sobre la balanza comercial o la inmigración, en México, segundo socio comercial de Estados Unidos y origen de la mitad de los indocumentados que viven en territorio estadounidense.
Perú, uno de los mayores productores mundiales de cocaína y de hoja de coca, es considerado un aliado de Washington en la lucha contra el narcotráfico.