Washington/AFP
El mandatario estadounidense Donald Trump afirmó el lunes que tiene el «derecho absoluto» de concederse el indulto presidencial, aunque al mismo tiempo dijo que no tiene nada que reprocharse sobre la investigación por la injerencia rusa, que califica de «caza de brujas».
Más allá del estricto debate jurídico, el hecho de que Trump evoque esta posibilidad, aunque diga que no será necesario hacerla, provocó una catarata de críticas, incluso dentro de su partido.
«Como ha sido establecido por numerosos especialistas en derecho, tengo el derecho absoluto otorgarme el PERDÓN, pero ¿por qué haría eso cuando no he hecho nada malo?», escribió en Twitter.
La investigación sobre una presunta colusión entre el equipo de campaña de Donald Trump y Moscú así como un posible «obstrucción a la justicia» por parte del presidente pesan como una espada de Damocles sobre el mandato del magnate inmobiliario.
En un segundo tuit, Trump estimó que el nombramiento del fiscal especial Robert Mueller para liderar esta investigación, ordenada por el Departamento de Justicia, es ANTICONSTITUCIONAL». «A pesar de eso, jugamos al juego porque a diferencia de los demócratas, ¡no hice nada malo!», agregó.
Las reacciones a las palabras del presidente no tardaron en llegar: «Señor presidente, está a punto de ser eliminado sobre cuestiones de constitucionalidad esta mañana», dijo el senador demócrata de Nueva York, Chuck Schumer.
«Si yo fuese presidente de Estados Unidos y un abogado me dijese que tengo el poder de indultarme, creo que buscaría otro abogado», afirmó con ironía el senador republicano Chuck Grassley.
Los críticos de Trump lo acusan de tratar de enviar un mensaje a personas cercanas a él que han sido acusadas por Robert Mueller, incluyendo a Paul Manafor, su exdirector de campaña: no se preocupen, llegado el caso yo puedo utilizar mi derecho al indulto.
Uno de los abogados de Trump, Rudy Giuliani, aseguró el domingo que el presidente estadounidense «probablemente» tendría el poder de indultarse ante cualquier acusación derivada de la investigación sobre la intromisión rusa en la campaña presidencial, aunque reconocía que el coste político podría ser muy alto: «Indultar a otras personas es una cosa. Indultarte a ti mismo es otra».
Según la Constitución, el presidente puede conceder indultos indiscriminadamente, excepto cuando es para detener un proceso de acusación en el Congreso.
Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey y cercano a Trump, descartó tal hipótesis: «Si el presidente se indultara, sería destituido». Preet Bharara, que como Giuliani fue fiscal de Nueva York, tildó de «escandalosa» esta posibilidad.
Para Jonathan Turley, profesor de derecho constitucional en la Universidad George Washington, el presidente tiene derecho a «autoperdonarse». Sin embargo, agrega, si lo hace sería «despreciable y autodestructivo».
El uso del indulto ya lleva varios meses generando polémica, desde que en una carta a Robert Mueller, el fiscal especial que investiga el caso de la injerencia rusa, los abogados del presidente argumentaron en enero que Trump «podría, si quisiera, terminar la investigación o incluso ejercer su poder de perdón si así lo deseara».
A diferencia de sus antecesores Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, que tardaron más de dos años en conceder su primer perdón, Trump no ha dudado en hacer uso de este derecho soberano desde el primer momento.
En verano de 2017, el presidente indultó al exsheriff Joe Arpaio, condenado por sus métodos policiales discriminatorios contra los inmigrantes ilegales. Y la semana pasada otorgó también este beneficio a Dinesh D’Souza, un polémico cineasta y escritor antiliberal que hace cuatro años se declaró culpable de violar leyes de financiamiento en la campaña de Estados Unidos.
«El presidente Trump se cree que es un rey (…), que está por encima de la ley», lamentó el profesor de derecho Harry Litman en un artículo en el New York Times.