Por Aldo Ganboa/Hui Min Neo
Washington/Berlín/AFP
El presidente Donald Trump anunció el jueves la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, paso que generó una inmediata ola global de reacciones de pesar.
«En el día de hoy, Estados Unidos cesará toda implementación del acuerdo de París y las pesadas cargas financieras y económicas impuestas a nuestro país», dijo Trump en un discurso agudamente nacionalista en los jardines de la Casa Blanca.
«No puedo, con buena conciencia, apoyar un acuerdo que castiga a Estados Unidos», añadió, desacreditando lo que calificó como «cargas financieras y económicas draconianas que el acuerdo impone» a su país.
El mandatario definió repetidamente al pacto -acuñado por su predecesor Barack Obama- como una capitulación, un acuerdo que no ponía a «Estados Unidos primero» y que era demasiado fácil para sus rivales económicos como India, China y Europa.
«No queremos que otros líderes y otros países se sigan riendo de nosotros, y no lo harán», declaró.
Sin embargo, el presidente dejó abierta una puerta al afirmar que su gobierno está dispuesto a negociar un nuevo acuerdo.
«De forma que estamos saliendo pero vamos a comenzar a negociar y veremos si podemos alcanzar un acuerdo justo. Si podemos, será excelente. Si no podemos, también. Como presidente, no puedo poner otra consideración por delante del bienestar de los estadounidenses», expresó.
Como resultado de esta decisión, Trump dijo que todos los compromisos no vinculantes adoptados por la adhesión al acuerdo cesarán «el día de hoy», con efecto inmediato.
Reacciones también inmediatas
Las reacciones no se hicieron esperar.
El expresidente Barack Obama, uno de los negociadores fundamentales del Acuerdo de París, afirmó en una nota que la decisión de retirarse del entendimiento global es un «rechazo al futuro».
«Incluso con la ausencia del liderazgo estadounidense, incluso cuando este gobierno se une a un puñado que rechaza el futuro, tengo confianza de que nuestros estados, ciudades y empresas saldrán adelante y harán ahora más para liderar el camino y proteger el futuro de las generaciones del único planeta que tenemos», indicó Obama en un comunicado.
De su lado, la también demócrata Hillary Clinton, rival de Trump en la carrera hacia la Casa Blanca del año pasado, consideró que retirarse del Acuerdo de París es un «error histórico».
«El mundo está avanzando unido en materia del cambio climático. La retirada del Acuerdo de París deja rezagados a los trabajadores y familias estadounidenses», dijo la exsecretaria de Estado en Twitter.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker, afirmó que la decisión adoptada por la Casa Blanca era un «seriamente errónea».
En tanto, la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, lamentó el paso dado por Trump, pero pidió que prosiga «la política climática que preserva nuestra Tierra».
En una declaración conjunta, Alemania, Francia e Italia alertaron a la Casa Blanca que el Acuerdo «no puede ser renegociado».
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue más específico y reforzó que «nada es negociable» en los acuerdos.
En América Latina, Chile, Brasil, Argentina y México, entre otros, lamentaron el anuncio de Trump.
Poco antes del anuncio, China y la Unión Europea defendieron con vigor el Acuerdo de París, que apunta a limitar el alza de la temperatura global «por debajo de 2ºC» con respeto a la era pre-industrial.
Desde Berlín, en donde se reunió con la canciller Merkel, el primer ministro chino, Li Keqiang, aseguró que su país respetaría el compromiso.
Presión interna
En el ámbito local tampoco faltaron reacciones airadas. El magnate Elon Musk, fundador de la empresa Tesla, y el director de Disney, Robert Iger, anunciaron su renuncia al consejo empresarial que asesora a Trump. «Dejar el Acuerdo de París no es bueno para Estados Unidos ni para el mundo», dijo Musk.
A su vez, el gerente ejecutivo de la gigante General Electric, Jeff Immelt, expresó en la red Twitter que se sentía «decepcionado» con la decisión. «La industria debe liderar y no depender de un gobierno», apuntó.
Incluso pesos pesados de la industria petrolera estadounidense como ExxonMobil y Chevron manifestaron este jueves su continuado apoyo al Acuerdo, y la automotora General Motors informó que la retirada estadounidense «no cambia nuestro compromiso».
Las reacciones hasta incluyeron un toque de ironía. En su discurso, Trump dijo que él había sido «elegido por ciudadanos de Pittsburgh, no de París».
De inmediato, el alcalde demócrata de Pittsburgh, Bill Peduto, respondió en Twitter: «Como alcalde, puedo asegurar que seguiremos los lineamientos del Acuerdo de París en nombre de nuestro pueblo, nuestra economía y nuestro futuro».
En tanto, los gobernadores demócratas de los estados de Nueva York, California y Washington formaron una alianza rápida, prometiendo respetar los estándares acordados bajo el Acuerdo. Dado que gran parte de su implementación se lleva a cabo a nivel local, sus partidarios esperan que el texto no quede completamente eliminado.
Por el momento las únicas voces de apoyo surgieron del partido de Trump, el Republicano.
«Al renunciar a esos objetivos inalcanzables, el presidente Trump reiteró su compromiso de proteger a las familias de clase media y a los obreros del carbón», celebró Mitch McConnell, jefe republicano del Senado.
A su vez, el director de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, festejó que «Estados Unidos tiene finalmente un líder que responde solamente a su gente, no a los intereses especiales».
Según un sondeo YouGov realizado por el Huffington Post en mayo, 46% de los votantes de Trump eran favorables a retirarse del acuerdo, y 22% no tenían opinión.