Biarritz / Prensa Latina
Con su habitual discurso desafiante, el presidente Donald Trump aseguró que China está obligada a buscar un acuerdo con Estados Unidos para evitar mayores afectaciones económicas, en el contexto de la guerra comercial desatada por Washington.
‘Creo que China no tiene opción, el presidente Xi (Jinping) es un líder brillante y no puede permitir que el país siga perdiendo empleos y su sistema de comercio se venga abajo’, señaló en una rueda de prensa conjunta con el presidente anfitrión de la cumbre del G-7, Emmanuel Macron.
Según Trump, de mantenerse el actual escenario -creado por su cruzada contra el país asiático- Estados Unidos recolectaría 100 mil millones de dólares en impuestos de Aduana, mientras China sumaría más pérdidas de puestos de trabajo, además de los tres millones de los últimos meses, que mencionó.
Anoche llamaron desde Beijing que quieren un trato, y mientras más se demoren, peor será la recuperación, si es que la consiguen, esgrimió.
La guerra de aranceles lanzada por Trump contra China, que ha respondido con medidas similares, recibió una atención priorizada en la cumbre de los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, en medio de preocupaciones de una recesión global.
Esta mañana, la noticia de que Washington y Beijing reanudarán las negociaciones quitó presión a los mercados y fue acogida como un acontecimiento favorable, que el jefe de la Casa Blanca trató aquí de adjudicarse como una victoria.
Por su parte, Macron celebró que las dos principales potencias económicas del planeta dialoguen, y con ello bajen la incertidumbre en los inversores y la inestabilidad de los mercados.
Un acuerdo entre Estados Unidos y China es bueno para todos, dijo.
Sin embargo, al igual que hizo con el tema iraní -al apoyar la exigencia de Trump de un nuevo acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán- Macron manifestó a periodistas que urge transformar las reglas del comercio internacional para resolver ‘preocupaciones justas’ como las de Washington.
En ese sentido, señaló que el G-7 abordó el asunto de la modernización y la reforma de esas reglas, en función del respeto al trabajo y la propiedad intelectual, la solución de controversias y el combate a la competencia desleal.