Por Ramon Sahmkov
Washington/AFP
El millonario Donald Trump y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton se encontraban este miércoles mucho más cerca de las nominaciones partidarias para las elecciones de noviembre en Estados Unidos, tras sus arrasadoras victorias en las primarias de la víspera.
El republicano Donald Trump arrasó en los cinco estados que votaron en primarias el martes y la demócrata Hillary Clinton ganó en cuatro contiendas, lo cual llevó a ambos más cerca de la
investidura de sus partidos a las presidenciales estadounidenses de noviembre.
El magnate neoyorquino derrotó de manera indiscutible al senador Ted Cruz y al gobernador John Kasich, en Delaware, Pensilvania, Connecticut, Rhode Island y Maryland, una demostración de la fuerza en apariencia imparable del aspirante que promete deportar a los 11 millones de indocumentados del país.
Clinton también tuvo una noche fenomenal, con triunfos en los grandes estados de Pensilvania y Maryland, así como en Connecticut y Delaware, un golpe para las cada vez más lejanas esperanzas de su rival Bernie Sanders, quien solo se impuso en el pequeño Rhode Island.
Al menos en estos cinco estados la contraofensiva de las fuerzas republicanas opuestas a Trump fracasaron de manera espectacular.
«Me considero el presunto nominado, absolutamente», fanfarroneó Trump en la sede de su emporio inmobiliario en Nueva York, y el mensaje era claro para sus rivales: «sálganse de la carrera», les dijo.
«Estoy ganando, en lo que me concierne, se acabó. Esos dos no pueden ganar», apuntó en referencia a Cruz y Kasich.
«Por semanas, el movimiento antiTrump ha intentado perforar» su ascenso, dijo a la AFP el politólogo de la Universidad Brown James Morone. Pero «los resultados de hoy prueban de sobremanera que no está funcionando», afirmó.
Nocaut
A seis semanas del fin de las elecciones internas, el magnate dijo que cree que llegará «muy fácilmente» a los 1.237 delegados necesarios para declarar victoria absoluta en la convención republicana, que se celebra del 18 al 21 de julio en Cleveland.
«La mejor manera de vencer el sistema es con noches como ésta (…) Cuando el boxeador noquea al otro no tienes que esperar por una decisión» de los jueces, dijo Trump.
Pero la contienda se muda ahora a estados en principio más hostiles para el hombre de negocios, comenzando por Indiana, la próxima semana.
Toda la estrategia de sus rivales se concentra en detener a toda costa al magnate inmobiliario antes de que alcance el fatídico umbral. El objetivo final es provocar un escenario no visto desde 1976: una convención «abierta», en la cual los delegados deberán votar, tantas veces como sea necesario, hasta designar a un candidato por mayoría absoluta.
Decididos a no continuar divididos ante el ascenso de Trump, Kasich dejará el camino libre a Cruz en Indiana. Cruz devolverá el favor en Oregon y Nuevo México.
Trump lanzó su furia contra esa alianza, a la que tildó de «patética» e inefectiva.
Si Trump conquista Indiana «será muy difícil derrocarlo», dijo Morone.
Según el experto, incluso si el millonario no alcanza los 1.237 delegados «podría estar tan cerca que será muy difícil retirarle (la nominación) sin causar un gran furor».
Este miércoles, en cambio, Trump apuntó su artillería verbal contra Clinton, a quien acusó que «jugar la carta de ser mujer» en la campaña.
«Si ella fuese un hombre y se comportase de esta manera, no tendría ninguna voz», dijo Trump a la red CNN, sugiriendo uno de los flancos de ataque que podría usar contra Clinton en caso de que ambos sean finalmente nominados candidatos por sus respectivos partidos.
Sanders no se retira
Por el bando demócrata, Clinton con sus cuatro victorias de la jornada amplió su ya inalcanzable ventaja sobre Sanders.
En Filadelfia, donde el partido demócrata celebrará su convención del 25 al 28 de julio, Clinton exhibió la confianza del triunfo, tendiendo la mano a los seguidores de Sanders con vista a la unificación del partido.
«Vamos a unir nuestro partido y ganar esta elección», añadió.
«Hay mucho más que no une que lo que nos divide», dijo la exprimera dama, llamando a demócratas, independientes e incluso republicanos a enfrentar a «los candidatos del otro lado que amenazan sus derechos y ponen a unos estadounidenses contra otros».
Clinton acabará la jornada con más de 2.000 delegados, frente a casi 1.300 de Sanders, según CNN, incluyendo 500 de los llamados ‘superdelegados’ (funcionarios y figuras del partido) que se comprometieron con ella. Se requieren 2.383 delegados para obtener la candidatura presidencial demócrata.
Sanders, que lanzó una apasionada campaña casi desde el anonimato, movilizando a la juventud demócrata en mítines multitudinarios, reconoce que sus posibilidades son escasas, pero promete luchar hasta el 7 de junio, cuando California distribuirá 576 delegados en sus primarias.
En un rally en Virginia Occidental, el senador no hizo ninguna mención a una retirada.
«Casi todos los sondeos nos dan ganando a Trump», dijo el senador por Vermont, convencido en que su mensaje antisistema y anti Wall Street debe tener una cabida en el programa del partido demócrata.