Washington / AFP
Sylvie Lanteaume / Andrew Beatty
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intercambió sonrisas y elogios con el primer ministro italiano Giuseppe Conte el lunes, cuando ambos mostraron un frente unido en todos los temas, desde Rusia hasta la inmigración.
Trump recibió de brazos abiertos en la Casa Blanca a Conte, un populista de derecha como él. «Nos llevamos muy bien desde el principio», dijo el mandatario republicano sobre Conte, de 53 años.
«Aplaudo al primer ministro por su liderazgo audaz, verdaderamente audaz, y espero que más sigan este ejemplo, incluidos los líderes en Europa», agregó.
Conte aprovechó la cita para impulsar su perfil y el de su país, que desde hace años vive a la sombra de países europeos más grandes.
Describiendo la «invitación especial» de Trump como un gran honor, Conte dijo que Roma quiere convertirse en un «interlocutor privilegiado» de Washington.
A cambio, parecía listo para respaldar a Trump, quien busca aplacar tormentas en casa antes de las cruciales elecciones legislativas de noviembre, vistas como un plebiscito sobre su gestión.
Una encuesta de Economist/YouGov mostró que un escaso 40% de los estadounidenses aprueba el manejo de Trump de la política exterior.
El controvertido presidente, de 72 años, ha sido duramente cuestionado por la oposición demócrata, y también por el oficialismo republicano, por su complacencia con el mandatario ruso Vladimir Putin en la cumbre de Helsinki hace dos semanas.
Conte consideró «fructíferas» esas conversaciones, insistió en la necesidad de un diálogo con Rusia, expresó su «envidia» por la economía estadounidense bajo Trump y alabó a su anfitrión como un «gran negociador».
– «Muy de acuerdo» en inmigración –
Trump, quien aplicó una política fronteriza de «tolerancia cero» entre mayo y junio, lo cual provocó que cientos de menores fueran separados de sus padres migrantes indocumentados, aplaudió la «postura muy firme» de Conte sobre este tema.
«Estoy muy de acuerdo (con) lo que usted está haciendo con respecto a la migración y la inmigración ilegal, e incluso a la inmigración legal», dijo Trump, alentando a otros países europeos a seguir su ejemplo.
Conte fue elegido para dirigir el gobierno italiano por los líderes de los partidos que ganaron las elecciones en marzo: Luigi Di Maio, del euroescéptico Movimiento Cinco Estrellas (M5S), y Matteo Salvini, del ultraderechista La Liga.
La prensa italiana insinuó que la reunión con Trump servirá para impulsar a Conte, a menudo eclipsado por Di Maio y Salvini.
Conte busca reformar una norma de la Unión Europea (UE) según la cual el país que un migrante pisa primero debe gestionar su solicitud de asilo.
Para el nuevo gobierno de Italia esto es injusto para los países del Mediterráneo, y por eso aumentó la presión sobre otros miembros de la UE para compartir la responsabilidad de los refugiados que llegan.
La administración de Conte cerró los puertos de Italia a los inmigrantes y rechazó varios barcos con refugiados rescatados en el mar, amenazando el futuro de esas operaciones de ayuda.
– Sintonía sobre Rusia –
Sobre Rusia, tanto Trump como Conte están a favor de mejorar las relaciones, pero el lunes el mandatario estadounidense tenía un ojo puesto en la opinión interna cuando insistió en que las sanciones «permanecerán como están» por el momento.
Hubo otro signo de tensión cuando Trump se quejó del déficit comercial de Estados Unidos con Italia, antes de agregar rápidamente: «Vamos a solucionarlo».
Según Nick Ottens, del centro de análisis Atlantic Council, Trump «puede no encontrar al aliado que espera» en Conte.
En comercio, el escepticismo del gobierno italiano sobre los acuerdos multinacionales hace peligrar el objetivo de Trump de eliminar todos los aranceles de la UE, señaló.
En el ámbito de la defensa, Italia ha dicho que no tiene posibilidades de alcanzar el objetivo de gasto del 2% del PIB, y mucho menos el de 4% pedido por Trump en la última cumbre de la OTAN.
A principios de julio, la ministra de Defensa italiana, Elisabetta Trenta, suspendió la compra de aviones de combate F-35, de los cuales Estados Unidos es el principal contratista.
Conte destacó que el contrato fue acordado hace más de una década, pero prometió proceder con cautela de una manera que sea «completamente transparente con nuestro socio, la administración Trump».
Ambos líderes también restaron importancia a las diferencias sobre Irán, donde las sanciones estadounidenses han perjudicado las relaciones comerciales ítalo-iraníes.
Trump dijo que estaba dispuesto a reunirse con los líderes iraníes sin condiciones previas, pero no dijo lo que Teherán tendría que hacer para que se levantaran las sanciones.