Sao Paulo / AFP
Rosa Sulleiro
El ultraderechista Jair Bolsonaro sufrió el miércoles turbulencias en su favorable camino hacia las presidenciales de Brasil, con los mercados reprochándole sus cambios de opinión y recientes actos de violencia que polarizaron aún más al país.
Apenas dos días después de celebrar con fuertes alzas su gran resultado en la primera vuelta (en la que obtuvo 46% de los votos, frente al 29% del izquierdista Fernando Haddad), el idilio de los inversores con el excapitán del ejército sufrió su primera crisis a 18 días del segundo turno del 28 de octubre.
Hacia las 4:30 de la tarde, hora loca, la Bolsa caía un 2,65% y el dólar subía 1,32% frente al real, horas después de que Bolsonaro reformulara algunas líneas de la liberal hoja de ruta trazada por su gurú económico Paulo Guedes, durante una entrevista el martes.
Ante las cámaras de la cadena Bandeirantes, Bolsonaro adelantó que descartaba privatizar Eletrobras y dejó en el aire la reforma del sistema de pensiones, considerada esencial por los mercados.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL) advirtió, además, que no estaría dispuesto a dejar sectores en manos de capitales chinos, cuyo estoque de inversiones aumentó considerablemente en los últimos años.
«Vamos a privatizar para capitales de cualquier lugar del mundo? China no está comprando en Brasil, China está comprando Brasil. ¿Vamos a dejar nuestra energía en manos chinas?, declaró Bolsonaro, desatando el desplome de las acciones de Eletrobras.
Este miércoles, además, que el Ministerio Público Federal abrió una investigación contra su asesor económico, el neoliberal Paulo Guedes, por sospechas de fraude con fondos de pensión de empresas estatales.
– ‘Escalada de violencia’ –
Las malas noticias, sin embargo, no le llegaban solo desde el parquet. Durante la jornada iban ganando fuerza las denuncias de actos de violencia entre simpatizantes. Además de rivales en el segundo turno, Bolsonaro y Haddad son también los candidatos que más rechazo despiertan (un 44% y el 40% respectivamente, según los últimos sondeos).
La polarización subió de nivel el domingo con el asesinato de un famoso maestro de capoeira, que al parecer fue acuchillado tras haber hecho público su voto por el izquierdista. El suceso generó un gran revuelo y provocó la reacción de destacadas figuras como Caetano Veloso o Gilberto Gil, además de una nueva declaración de Bolsonaro, que en la víspera se había desmarcado de las agresiones con un tibio comentario.
«En entrevista, lamenté y pedí que los electores no practiquen violencia. Los periódicos publicaron apenas una declaración aislada para manipular la opinión pública. Olvidaron que quien se llevó una puñalada por motivos políticos fui yo», lanzó este miércoles para sus 1,72 millones de seguidores, en referencia al ataque que sufrió el 6 de septiembre durante un mitin.
– Distancia –
El gran recelo de Haddad -a quien Lula designó desde prisión como su sustituto hace apenas un mes-, es no poder debatir con Bolsonaro, cuya baja médica no le impidió conceder varias entrevistas televisadas.
Él, afirmó, está dispuesto a todo por hacerlo.
«Voy a la enfermería que él quiera, no hay problema. Los brasileños precisan saber la verdad. Si hay ‘fake news’, vamos a tratar eso como adultos», aseguró Haddad tras enterarse de que el exmilitar tampoco acudirá al primer debate previsto para este jueves.
Bolsonaro acumula un historial de declaraciones misóginas, racistas y de apoyo a la dictadura militar (1964-1985), en tanto que Haddad fue designado candidato por Lula, a quien millones de brasileños identifican con los escándalos de corrupción que durante años desviaron miles de millones de dólares de empresas estatales.
La situación del exministro de Educación es, sin embargo, crítica. Hasta el momento, solo el pequeño partido izquierdista PSOL y el Partido Socialista (PSB) le han dado su apoyo explícito para el segundo turno. El centroizquierdista PDT de Ciro Gomes, que quedó en tercer lugar el domingo con 12,47% de los votos, está en «tratativas» sobre el apoyo a su candidatura, adelantó Haddad.
«Si conseguimos congregar a esos partidos progresistas, estaremos dando un mensaje importante al país de que hay mucho en riesgo», afirmó antes de añadir que espera cerrar más alianzas en esta primera semana de campaña.
En su carrera por seducir al centro, Haddad continuó con su operación de disociación de la imagen de Lula, y tras saberse que ya no visitará más a su mentor en la cárcel hasta después del 28, modificó este miércoles los colores del logotipo de su campaña del tradicional rojo de la formación izquierdista a los colores de la bandera de Brasil.