Redacción Nacionales
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Un salvadoreño que vivía en Estados Unidos y que estaba de visita en El Salvador, desapareció a finales del mes marzo en San Vicente cuando realizaba un tour ya que se había animado a visitar El Salvador porque escuchó que este, había cambiado.
Según la hermana de José Tomás Lainez, ahora desaparecido, Lainez viajó a El Salvador bajo la idea que no era el mismo que hace años, que era un país “sano”, “limpio” y sin problemas, tal como lo pintan los funcionarios del Gobierno y oficialismo.
José Tomás Lainez de 54 años con residencia en Estados Unidos llegó a El Salvador la noche del 23 de marzo, un día antes de desaparecer. El viaje fue planificado con algunos de sus familiares, según explicó María Lainez, también residente estadounidense y hermana de Tomás Lainez.
María Lainez relató al diario digital Voces, que toda su familia ha vivido en Estados Unidos durante más de cuatro décadas, pues con esfuerzos de sus padres todos han logrado migrar y obtener ciudadanías en búsqueda de mejores condiciones de vida, educación, entre otros ya que en el país no tenían esas condiciones.
Entre los planes, según dijo Lainez, estaba programado visitar en San Vicente un río en donde la madre creció y al cual el padre la llevaba frecuentemente de niña. Por ello, la tía a la que visitaría recomendó llevar a una persona residente de la zona para que fungiera como guía. Su destino era en El Tablón, San Antonio Achichilquito.
Tomas Laínez se reunió con su familia el domingo 24 de marzo en San Vicente, pues a su llegada, se hospedó en un hotel de San Salvador. La mañana de ese día fue la última vez que el hotel vio a Tomas Lainez. El ahora desaparecido desayunó de camino a San Vicente, para ello usó su tarjeta de crédito y fue la última vez que la usó. Luego, también recogió a un sobrino quien lo acompañaría al viaje a tierra vicentina. Tal y como lo habían previsto, estos se reunieron en la casa de su tía y en total sumaron nueve personas que se dirigirían en un transporte que contrataron hacia aquel río que quedaba alrededor de 45 minutos de distancia.
Llegando al lugar, el conductor, la tía y una persona que cocinaría el almuerzo se quedan en una zona más o menos cerca del río. Esas tres personas permanecieron más cerca del carro que del río. El resto de las personas iniciaron la caminata que supuestamente sería guiada en todo momento por la persona residente de ahí, pero este se fue del lugar sin avisar cuando faltaba medio camino para llegar al río, según relató María.
Aún sin la ayuda del guía, el grupo llegó al río. “Mi mamá me contó que mi hermano, en ese momento, se moja la cara y le graba un vídeo y le toma una foto. Y le dice (José Tomás Lainez) a mi mamá, ‘me voy a salir’. Él se va para el montecito, mi mamá les dice a las demás personas: ‘ya vámonos que Tomacito anda cansado’”, dijo María.
Según María, para ese momento, su madre creía que Tomás había regresado al carro en el cual llegaron todos. Eran cerca de las 12:30 del mediodía. Para llegar hasta donde dejaron el carro tardaron un plazo de dos horas debido a que su madre, de más de 50 años, hizo varias paradas para sentarse y descansar unos minutos.
“En ese momento, mi mamá se preocupó. Llama a uno de mis hermanos para contarle lo que ha pasado. Nosotros todos conocemos bien a mi hermano, que es una persona bien responsable, humilde, muy bueno. Le dice mi hermano: ‘eso no se oye bien, vete inmediatamente a hacer un reporte a la PNC (Policía Nacional Civil). Él nunca los habría dejado”, siguió contando María.
Tras esto, se dirigieron al centro policial más cercano en San Vicente para colocar la denuncia de desaparición. Sin embargo, la PNC no la aceptó. El personal policial alegó que debía transcurrir un tiempo determinado para reportar a una persona como desaparecida, contrario a lo que establece el Protocolo de Acción Urgente (PAU), aprobado en 2018, el cual no existe un plazo de tiempo determinado para poder recibir una denuncia de una persona desaparecida. Fue hasta el día siguiente, 25 y 26 de marzo, que los operativos de búsqueda iniciaron.
María Laínez, que estaba en Estados Unidos, viajó a El Salvador para unirse a la búsqueda. Lainez consideró que el operativo de búsqueda fue insuficiente, y el personal, que para el segundo día de búsqueda sumaron casi 30 personas, no tenían la capacidad física para una búsqueda efectiva en toda la zona verdosa en donde su hermano fue vista por última vez.
“Él quería mucho la vida. También adoraba a su único hijo. Lo adora. Es un gran padre y (para nosotros) un hermano lindo que, si usted necesitaba algo, allí estaba. Como hijo, mi mamá le puede decir, era uno de los hijos mejor portados que haya tenido. Nunca le dio problemas a mi mamá. Una persona que su madre era todo para él y una persona muy trabajadora”, describió María a su hermano.
Los familiares de Tomas Lainez pidieron ayuda al gobierno de El Salvador en la búsqueda de su ser querido desaparecido e instan al mismo a aplicar los mecanismos necesarios para encontrarlo. “Mi hermano está ahí en El Salvador. Él no se ha venido. Él se ha perdido ahí, alguien lo tiene y lo que pedimos es ayuda”, concluyó María.
Según información filtrada de las bases de datos de las autoridades, la Policía Nacional Civil (PNC) registró 158 denuncias de personas desaparecidas entre el 1 de enero y el 15 de marzo de 2024.