Por Fulya Ozerkan/Patricio Arana/Ankara/BruselasAFP
Turquía enfrió el viernes el entusiasmo de la Unión Europea, cheap criticando su «plan de acción» para frenar el flujo de migrantes, and mientras en la frontera búlgaro-turca un afgano moría por un disparo de un guardia fronterizo.
La noche del jueves, al término de una cumbre europea, la Comisión anunció haber llegado a un acuerdo con Turquía para un «plan de acción» destinado a frenar la llegada de migrantes a la Unión Europea.
Pero Turquía consideró que se trataba sólo de un «proyecto».
«No es definitivo (…) es un proyecto en el cual estamos trabajando», declaró el ministro de Relaciones Exteriores turco, Feridun Sinirlioglu, en Ankara este viernes.
Turquía se convirtió en el principal país de tránsito que utilizan los migrantes que intentan llegar a Europa y la UE busca involucrar a Ankara para frenar las llegadas.
Según el plan presentado por la Comisión, Turquía aceptaría combatir a los traficantes de seres humanos, cooperar en el control de las fronteras de la UE y frenar la partida de refugiados sirios hacia Europa.
A cambio, los líderes de la Unión Europea aceptaron acelerar el fin de las restricciones a las visas para los turcos que viajan a Europa, abrir nuevos capítulos en las negociaciones de adhesión al bloque y dar más fondos a Ankara para que pueda enfrentar el problema, aunque no especificaron cuánto, precisando que se negociaría en «los próximos días».
Sin embargo, para Ankara, la propuesta financiera de Bruselas «es inaceptable», según Sinirlioglu. Turquía necesita al menos 3.000 millones de euros el primer año, precisó.
Ankara asegura que gestionar la llegada a su territorio de los casi 2,2 millones de refugiados desde que comenzó el conflicto en Siria le ha costado unos 7.000 millones de euros.
«Turquía no es un país del que hay que acordarse únicamente en período de crisis o con el que hay que cooperar sólo por razones tácticas», dijo Sinirlioglu.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, estimó el jueves por la noche que el acuerdo era «una etapa mayor» en la gestión de la crisis migratoria que cobra sentido «sólo si [Turquía] contiene el flujo de refugiados».
Un afgano muerto en Bulgaria
Mientras se llevaba a cabo la cumbre, la noche del jueves en Bruselas, la crisis migratoria se cobró una nueva vida.
Un afgano proveniente de Turquía que intentaba ingresar en Bulgaria de manera ilegal, murió por un disparo de un guardia fronterizo búlgaro.
Según la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se trata del primer caso conocido de tiro mortal de las fuerzas de seguridad desde el comienzo de la afluencia masiva de migrantes a Europa.
La víctima formaba parte de un grupo de 54 migrantes localizados por una patrulla en una carretera próxima a Sredets (sureste), cerca de la frontera búlgaro-turca, y fue alcanzado por una bala disparada al aire por un guardia fronterizo, según las autoridades.
El grupo, que no obedeció las órdenes de la policía, no iba armado, añadieron.
El presidente búlgaro, Rossen Plevneliev, lamentó la trágica muerte y pidió una acción «rápida» de la UE para afrontar la crisis de refugiados.
Desde principios de año unas 600.000 personas llegaron a la UE, unas 3.000 murieron en el intento, la mayoría en peligrosas travesías del Mediterráneo.
La crisis migratoria no sólo provoca tensiones con los países de origen o tránsito de los migrantes, sino también entre los 28 miembros de la UE.
Hungría anunció este viernes que a la medianoche (22H00 GMT) cerrará su frontera con Croacia desde donde entraron el último mes 170.000 solicitantes de asilo.
Budapest ya cerró su frontera con Serbia, donde también había desplegado una alambrada, el pasado 15 de septiembre, para detener el flujo de inmigrantes.
El ministro Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, anunció la decisión luego de que no hubiera «un acuerdo en la cumbre del jueves sobre una fuerza común europea para defender las fronteras exteriores de Grecia».
La idea, que forma parte de un plan de acción propuesto por la Comisión para controlar mejor las fronteras de la UE, no recaba el apoyo esperado por varios Estados miembros, en particular los periféricos en un tema sensible para la soberanía nacional.
Polonia, República Checa y Eslovaquia anunciaron el envío de refuerzos para ayudar a Hungría controlar su frontera.
La crisis migratoria, por la que varios Estados miembros decidieron restablecer los controles fronterizos, amenaza la zona de libre circulación Schengen.