Derbasiyeh / Kiziltepe / AFP
Delil Soulleiman / Mahmut Borzalan
Militares turcos y rusos comenzaron el viernes a patrullar conjuntamente una región del noreste de Siria, en cumplimiento del acuerdo que puso fin a la operación militar lanzada por Ankara a principios de octubre contra los kurdos de esta zona.
Las patrullas comenzaron hacia las 09h00 GMT en un pueblo sirio de la región de Derbasiyeh, y concluyeron su primera jornada de patrullaje hacia las 13H15 GMT, pudo comprobar un periodista de la AFP desde el lado turco de la frontera.
Los soldados, en una decena de vehículos militares turcos y rusos, vigilaron la zona situada al este de Derbasiyeh, a lo largo de varias decenas de kilómetros, según fuentes militares turcas.
Otro corresponsal de AFP en Derbasiyeh indicó que los vehículos no llevaban la bandera turca ni rusa por pedido de Moscú.
El convoy estaba compuesto de nueve vehículos protegidos por un blindado, según un comunicado ruso, que precisó que la patrulla cubrió más de 110 kilómetros.
Según el acuerdo logrado el 22 de octubre entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y ruso, Vladimir Putin, la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG) tenía hasta el martes pasado para retirarse de esta zona fronteriza.
«Las primeras patrullas conjuntas turco-rusas con unidades terrestres y aéreas están en curso en el noreste de Siria en conformidad con el acuerdo de Sochi», confirmó el ministerio turco de Defensa en un comunicado publicado en Twitter.
El ministerio declaró en otro tuit que estaba prevista una reunión en Ankara con una delegación militar rusa para discutir «cuestiones tácticas y técnicas».
Turquía quiere instalar en esta frontera una «zona de seguridad» de unos 30 km para separar su territorio de la zona donde están presentes las YPG, a las que considera «terroristas». Este grupo fue sin embargo un aliado clave de los países occidentales en su lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
– Acuerdo temporal –
El acuerdo con Rusia, así como otro alcanzado el 17 de octubre con Estados Unidos, permitió frenar la ofensiva que Turquía lanzó el 9 de octubre contra las fuerzas kurdas y que dejó cientos de muertos y decenas de miles de desplazados.
Gracias a esta ofensiva, Turquía, que ya controlaba partes enteras del norte de Siria tras dos operaciones militares anteriores al oeste del Éufrates, logró ampliar su presencia al este del río y se apoderó de una franja fronteriza de 120 km entre las localidades de Tal Abyad y Ras al Aín.
La presencia del ejército del régimen sirio, que avanzó para apoyar a las YPG, en otros sectores de la frontera impide que Ankara amplíe aún más su zona de control a unos 450 km como pretendía.
«La entrada del ejército sirio (en el norte) significa la entrada del Estado», afirmó el jueves el presidente sirio Bashar al Asad, calificando al acuerdo ruso-turco de «temporal».
– Frontera congestionada –
A unos 100 km de Derbasiyeh, una patrulla estadounidense con cinco vehículos blindados fue vista el jueves en una zona fronteriza al norte del pueblo de Al Qahtaniyah.
La patrulla estadounidense estaba acompañada por combatientes kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), de la cual las YPG son la espina dorsal.
El 7 de octubre, el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la retirada de sus tropas del norte de Siria, una decisión que los kurdos tomaron como una traición.
Esa patrulla estadounidense deja entrever una revisión de la decisión de Washington y complica aún más la situación militar y territorial en el noreste de Siria, donde operan varios países extranjeros.
El sábado, Estados Unidos inició el envío de refuerzos al este sirio, donde se encuentran importantes yacimientos petrolíferos. Unos 200 soldados estadounidenses están actualmente desplegados en esa zona, próxima a la ciudad de Deir Ezzor.