Diana Ochoa
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La capilla de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), pharmacy fue el lugar destinado para reunir a los familiares y amigos de Francisca Rivera, ailment María Vicenta Rivera, prescription Perfecto López, Nazario Rivera Ayala, Marcos Martínez, Josefina Martínez y Francisca Martínez, quienes ofrendaron su vida durante el pasado conflicto armado en el año 1980.
Durante la misa, los familiares y amigos cercanos, recordaron entre lágrimas y oraciones a esos seres queridos que perdieron su vida en la masacre del caserío El Portillo, de Arcatao, Chalatenango, cuando la dictadura militar ejecutó serias violaciones a los derechos humanos.
Luego de una larga espera, los familiares recibieron por parte de medicina legal, los restos de las exhumaciones, tres años después de que la Corte Interamericana exigiera a El Salvador, subsanar en alguna medida, el daño generado a las familias de las víctimas y a los sobrevivientes. El rector de UCA, Andreu Oliva, manifestó que “nos encontramos este día, para celebrar el reencuentro de sus familiares que fueron cruelmente asesinados y que son también mártires, y por eso, queremos dar gracias al Señor, por sus vidas, por haberlos encontrado para poder darles sepultura como ellos se merecen y a la vez queremos pedir al Señor que nos ayude a seguir trabajando, por la paz, la reconciliación y la verdad en nuestro país y para que las personas que siguen buscando a sus seres queridos, los puedan encontrar”.
Por otra parte, Oliva aseguró que el pecado y el mal que hace presencia en este mundo, es la causa de la conmoración y del reencuentro de las víctimas de la guerra. Además, manifestó que de ahí surge la necesidad de unirse para lograr un mundo más humano y para que los corazones que están llenos de maldad y de odio, puedan ser transformados en amor, para poder amar y servir a otros.
Rosa Rivera Rivera, quien perdió a su madre, a su padre y a uno de sus primos, durante el conflicto armado, expresó que “quisiera agradecer de manera especial a todos lo que nos acompañan y a todos los que han participado para poder hacer realidad este esfuerzo y además hacerles la invitación para que nos unamos, porque solo así vamos a lograr lo que queremos, la lucha no se ha terminado, la lucha es de todo el pueblo salvadoreño, ya que ahora siguen habiendo más muertos, igual que en el conflicto armado, tenemos 200 años de tener la borda sobre nuestras espaldas y ya es tiempo de que todos nos unamos para liberarnos de esta opresión”.
Finalmente, Oliva aseguró que la entrega de los restos de las víctimas es la culminación de una larga y dolorosa espera, la cual en muchas ocasiones parecía ser imposible, debido al proceso extenso y complejo que se tuvo que pasar. Sin embargo, aseguró que ese es el fruto de la lucha de los familiares e instituciones amigas que no se rindieron, hasta hacer realidad la entrega de los cuerpos.
“Esta es la muestra de la resistencia de ustedes como familiares, del IDHUCA y de todas las instituciones que nos han acompañado durante todo este proceso en busca de la dignidad, sus familiares son mártires como Monseñor Romero y son bienaventurados como Monseñor Romero, porque dieron su vida por ser fieles a Dios y tenemos que retomar el camino que ellos nos han dejado de seguir luchando por un El Salvador lleno de paz y con justicia verdadera y para que podamos vivir en El Salvador dignamente teniendo lo necesario para vivir” concluyó Oliva.