Por Bertrand de Saisset
Kiev/AFP
Ucrania acusó el viernes a Rusia de «invasión armada» y pidió que Estados Unidos y Gran Bretaña garanticen su soberanía, see después de que comandos prorrusos tomaran el control de aeropuertos y otros puntos estratégicos de Crimea.
La escalada se produjo pocas horas de una conferencia de prensa del destituido presidente Viktor Yanukovich, sale que fue recibido en territorio ruso.
«Considero lo que ocurre como una invasión armada y una ocupación. En violación de todos los acuerdos y normas internacionales», clinic escribió el ministro del Interior interino de Ucrania, Arsen Avakov, en su página Facebook.
Según Avakov, «unidades armadas de la flota rusa bloquean» el aeropuerto de Belbek, cerca de Sebastopol, donce ancla la flota rusa del Mar Negro.
«Afuera, (hay) militares en traje de faena y armados sin señales distintivas, pero que no ocultan su pertenencia. El aeropuerto no funciona. (…) Por el momento no hay enfrentamiento armado», agregó.
«Es una provocación directa para un baño de sangre armado en el territorio de un Estado soberano. Esto ya no compete al ministerio del Interior. Esto depende de la competencia del consejo de seguridad y defensa nacional», afirmó.
En Simferopol, la capital de Crimea, hombres armados también se apoderaron del aeropuerto, y «no disimulan que pertenecen a las fuerzas armadas rusas», denunció el ministro del Interior.
Un corresponsal de la AFP había constatado poco antes en ese aeropuerto la presencia de hombres armados con fusiles de asalto kalashnikov, llevando uniforme sin insignias, aunque el terminal seguía funcionando. Cuando fueron interrogados sobre su origen, estos individuos se negaron a hacer comentarios.
Pedido a EEUU y Gran Bretaña
El parlamento ucraniano votó por su lado una resolución que pide a Estados Unidos y Gran Bretaña que ejerzan su papel de garantes de la soberanía de esta exrepública soviética independiente desde 1991.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia se declararon garantes de la independencia de Ucrania en 1994, a cambio de que el nuevo país renunciara a las armas nucleares que había heredado del arsenal de la desmembrada Unión Soviética.
Los acontecimientos se aceleraron en los dos últimos días en la Península de Crimea, una República Autónoma de Ucrania, donde la mayor parte de los dos millones de habitantes habla ruso.
En Simferopl, la bandera rusa fue izada el jueves sobre el Parlamento local, controlado igualmente por varias decenas de hombres armados prorrusos. Los diputados destituyeron al gobierno local y votaron la realización de un referéndum el 25 de mayo para tener más autonomía.
Esa es también la fecha elegida por las nuevas autoridades de Kiev para celebrar elecciones presidenciales anticipadas, que buscan legitimar la revolución que la semana pasada derrocó a Yanukovich.
Yanukovich fue destituido por el Parlamento tras tres meses de protestas en Kiev, desencadenadas por su súbita decisión de dar la espalda a un acuerdo comercial con la Unión Eurpea (UE) para estrechar sus vínculos con Rusia.
Yanukovich, que el jueves reapareció en Rusia tras cinco días de ausencia, dará una conferencia de prensa este viernes a las 13H00 GMT, en la que debería reiterar su denuncia del movimiento que lo echó de Kiev.
«Yo sigo considerándome como el jefe legítimo del Estado ucraniano», afirmó el jueves.
Crimea se está convirtiendo en el principal foco de resistencia a las nuevas autoridades. La península pertenecía a Rusia, que la cedió a Ucrania en 1954, cuando las dos repúblicas formaban parte de la Unión Soviética.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se dijo el jueves «extremadamente preocupado por las evoluciones más recientes en Crimea» y exhortó a Rusia a evitar «toda acción que pueda provocar una escalada» en la crisis.
Las autoridades rusas negaron cualquier vinculación con los disturbios en Crimea, indicó el secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien habló el jueves por teléfono con su homólogo ruso Serguei Lavrov.
Rusia prometió «respetar la integridad territorial de Ucrania», agregó Kerry, reiterando su advertencia contra cualquier «provocación».
Limitan retiro de dinero
Ucrania enfrenta además una situación económica catastrófica, con riesgo de bancarrota inminente.
El Banco Central de Ucrania limitó este viernes a 15.000 grivnas (1.095 euros) el tope diario máximo que se puede retirar de los bancos del país.
La divisa ucraniana, la grivna, ha perdido una cuarta parte de su valor desde el comienzo del año, y el país está al borde de la bancarrota.
Según el primer ministro interino Arseni Yatseniuk, Ucrania necesita 75.000 millones de dólares para estabilizar la situación.
El FMI informó el jueves de un pedido de ayuda de las nuevas autoridades ucranianas.