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UK hacia nuevas elecciones generales

Isaac Bigio
Analista Internacional

Cada vez más crecen las posibilidades para que en Reino Unido se adelanten los comicios generales. La semana que se está cerrando cerró todas las opciones para el Brexit, rechazando por tercera vez el plan de May y también todas las ocho propuestas votadas el miércoles 27 sobre la relación con la Unión Europea.

Pocas veces se ha visto un parlamento británico tan entrampado y a los grandes paridos británicos tan partidos.

Los tories se han reducido a 314 parlamentarios, lejos de lograr la mayoría absoluta que requiere de casi una decena más. Hasta la fecha esos 10 parlamentarios se los proporcionaban sus socios del Partido unionista de Irlanda del Norte, el cual hoy dice que prefieren quedarse en la UE antes que aceptar el Brexit de May.

Todos los partidos de la oposición (Laboristas, Nacionalistas de Escocia, Liberal-demócratas, Grupo Independiente, Partido de Gales y Verdes), demandan nuevas elecciones generales, mientras que los originales promotores del Brexit, como lo son Nigel Farage y el UKIP, condena el plan de May para salirse de la UE como una traición.

El planteo de ir a un nuevo referéndum sobre el Brexit, puede que por ahora no pase pues los dos grandes partidos creen que se deben honrar los resultados del plebiscito pasado, y por ende agotar todos los esfuerzos para dar paso a una forma determinada de Brexit (dura y sin mercado común como quisiera la mayoría conservadora y blanda y con mercado común como quisiera la mayoría laborista).

May ya no puede gobernar más, pues es la o el jefe de gobierno que más derrotas y más duras ha tenido en la historia reciente británica, así como la que más renuncias ministeriales ha tenido en relación a su tiempo en el poder. Solamente en las últimas semanas una docena de propuestas de May fueron desechadas por los comunes, quien la ha encontrado a la única mandataria que ha sido declarada estar en repudio al parlamento.

El partido y el gabinete tory están muy divididos, y el gabinete de la sombra de la oposición laborista no está en muchas mejores condiciones.

La única forma de homogeneizar los dos partidos, que se alternan en el poder y de lograr un claro mandato hacia una propuesta es adelantar las elecciones generales.

Y curiosamente, mientras la nueva campaña tory va a estar centrada en el Brexit, la laborista se ha de concentrar en temas como la pobreza, la austeridad y propuestas sociales.

Cada vez más vamos en la dirección de adelantar las elecciones, la cuestión es para cuándo y si los tories van a tener la posibilidad y el tiempo para escoger un nuevo liderazgo, ya que May difícilmente podría derrotar a Corbyn. Con mucha dificultad los conservadores pudieran ser capaces de escoger a un liderazgo de consenso, como antes pasó con May, por lo que van a necesitar de algunas semanas para organizar sus internas, en las cuales lo más probable es que gane Boris Johnson o cualquier otro miembro de su ala dura.

Mientras tanto se viene a fines de mayo una serie de elecciones locales y los comicios al euro-parlamento. Si el Brexit debe postergarse para dar paso a elecciones generales, el Reino Unido debe competir en dichas euro-elecciones, lo cual va a favorecer a los pro-europeos y puede ser la fecha ideal para que se junten todas esas elecciones con las generales.

LA BOMBA NUCLEAR TORY

El objetivo sería unir a toda la derecha, en torno a un cuarto intento para que se apruebe el plan May bajo el temor de adelantar unas elecciones donde ésta podría perder el gobierno.

Presión de la mayoría de la bancada tory

Según The Sun, unos 170 de los 314 parlamentarios del partido conservador habrían firmado una carta a la primera ministra Theresa May, pidiéndole que apriete el “botón nuclear”, el cual no es un dispositivo militar, sino el llamar a elecciones generales adelantadas.

Esta mayoría de la bancada oficialista, dentro de la cual habría diez miembros del gabinete, le ha escrito a May instándole a que no demore más el Brexit y que presente por cuarta vez su plan de salida de la Unión Europea, condicionando esto a que si no se le aprueba habrían elecciones generales inmediatas.

Ello implicaría agregarle a dicha moción una cláusula según la cual el rechazar ésta automáticamente equivaldría a un voto de censura al gobierno.

Por eso quien no votase en favor del plan de May, esta vez estaría votando en favor de censurarla y por ende, para que se pueda abrir paso a nuevas elecciones generales, algo que los tories y unionistas de Irlanda del Norte temen porque piensan que podría hacer que el laborismo saque ventaja de ello para que Jeremy Corbyn, se convierta en el primer ministro más izquierdista que haya tenido Reino Unido o en todo caso, para que la bancada laborista pueda crecer más.

Ya en enero se vio como el mismo parlamento que por 230 votos de diferencia derrotó al primer plan de May, para inmediatamente después de ello darle su voto de confianza y la ratificó en el cargo con cerca del 51 % de los miembros de la casa de los comunes. Entonces todos los conservadores y unionistas pusieron atrás sus diferencias con May, para retenerla en el premierato para evitar nuevas elecciones que pudiesen abrir las puertas a que el “cuco” Corbyn pudiese ganarlas.

Diferencias

Hoy la cuestión es diferente. Tres parlamentarias conservadoras se retiraron del partido, para juntarse a otros ocho disidentes del laborismo y formar el Grupo Independiente. Existen posibilidades de que algunos tories, pudiesen abstenerse en una votación tan histórica dado el alto nivel de crisis y disgregación interna del partido.

Algunos de ellos pueden sopesar qué es más importante si mantener la lealtad al partido o a sus principios o base electoral.

Por otra parte la decena de parlamentarios unionistas de Irlanda del Norte, consideran que su razón de ser es haberse opuesto durante décadas a cualquier intento del IRA de separar a su provincia del Reino Unido. Los unionistas hoy temen que el acuerdo de May, golpee a la unión entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña y que éste vaya a dejar la posibilidad para que su provincia tenga una relación diferente que la del resto del Estado, ante la Unión Europea con el consiguiente riesgo de que en algún momento la frontera entre la UE y Gran Bretaña no esté en la isla de Irlanda, sino entre ésta y la isla británica.

Además de todo ello existe el problema que si May se retira del premierato (algo que ella ha prometido hacer a poco que su plan pueda ser apoyado), quien le suceda en el cargo no va a ser alguien con mucha capacidad de unir al partido y a la bancada conservadores. Si los tories eligen a su nuevo líder (y primer ministro), en elecciones internas lo más probable es que gane un miembro de su ala dura pro-Brexit, el cual al llegar al gobierno, va a tener que lidiar con un significativo sector de parlamentarios conservadores hostiles a su persona y con un parlamento que le bloqueará más de lo que lo ha hecho con May.

Es por eso que incluso en ese escenario, el nuevo líder tory estaría obligado a llamar a elecciones generales adelantadas.

Tras la reciente salida de ocho parlamentarios pro-Blair del laborismo, algunos conservadores calculan que eso podría quitar votos claves a Corbyn, aunque quizás no en el grado agudo como pasó en 1983, cuando la derecha laborista se presentó aparte mermando los votos del “rojo” Foot y ayudando a que Margaret Thatcher sea reelecta.

Por último un eventual voto de censura a May, no necesariamente implica llamar a elecciones inmediatas puesto que si ella fuera censurada y tuviera que dejar su puesto, su partido todavía tiene dos semanas para designar un reemplazo y si quien sea nominado como nuevo líder o lideresa tory, logra comandar una mayoría absoluta de los comunes, Elizabeth II le invitaría a que se convierta en el jefe de gobierno número 14, que ella ha tenido en sus 67 años de reinado.

Brexit sin salida

En caso que May logre hacer aprobar su nuevo plan con el nuevo chantaje incorporado, este Brexit va a tornarse tan impopular que será cuestionado por los propios impulsores originales de romper con la UE, empezando por Nigel Farage y el UKIP, y que será rechazado por muchos laboristas y otros que antes votaron por el Brexit, pensando en una relación de mercado común como la que hoy tiene Noruega ante la UE y sobre todo, por la mayoría del país que hoy se va inclinando a mantenerse en la UE.

Esto último puede ser muy grave para el caso de Londres, Escocia, Irlanda del Norte y Gibraltar donde el sentimiento pro-UE es muy mayoritario y que incluso podría abrir una caja de Pandora, conduciendo a que se demande un referendo por la reunificación de Irlanda o uno nuevo por una independencia de Escocia dentro de la UE, en los cuales hay muchos riesgos que quede dividido el Reino Unido.

El lunes el parlamento debe discutir una gama de opciones, siendo una muy probable una en torno al planteo del viejo dirigente conservador y padre de los comunes, Kenneth Clarke. Él quiere una fórmula de transacción entre el 52 % que votó por el Brexit y el 48 % que votó por la UE (y que hoy en las encuestas se ha dado la vuelta al revés).

Este arreglo implicaría ir trabajando por mantener la unión económica, pero descartando la unión política con Europa.

Sea cual sea el resultado, cada vez más crecen las posibilidades para que vayamos hacia nuevas elecciones generales o a un nuevo referéndum, o a los dos. Incluso en caso que hayan comicios parlamentarios adelantados es probable que muchos partidos, incluyendo al menos uno de los dos grandes, llame a que cualquier acuerdo de salida con la UE sea ratificado en un referéndum, tal y cual lo hacen muchos países cuando adoptan una nueva constitución.

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