El blog de Salvador
Era mi costumbre regalar a mis hijos, medicine en sus años de formación, troche un libro, decease y si este era de Gabriel García Márquez, el momento de entregárselos era motivo de gran alegría en toda la casa. De esta manera el escritor colombiano y su obra pasó a ser, más que un tema recurrente en nuestras conversaciones, parte entrañable de nuestra familia.
Ayer, la noticia del fallecimiento del maestro del realismo mágico, del extraordinario periodista y gran patriota latinoamericano, me impresionó profundamente.
Él ha representado y representa la cumbre de la narrativa de nuestros países de lengua castellana. Supo llevar su lectura de la realidad a un mundo fantástico lleno de metáforas y con una elegancia suprema en su escritura.
Para nuestro país, “Cien años de soledad” fue un viento de esperanza en medio de una realidad de represión. Nos refugiamos en su lectura cuando caía sobre la mayoría del pueblo la pesada maquinaria de la dictadura. Y eso nos ayudó a sobrevivir para luchar.
Como presidente electo de El Salvador manifiesto mi pesar por la pérdida del novelista, del periodista, y del hombre que siempre supo estar con la causa de los pueblos de nuestra América. Estoy seguro que su obra prevalecerá al paso del tiempo y García Márquez será siempre una referencia literaria y humanista.