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Redacción Nacionales
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Un aspecto fundamental para impedir los contagios de COVID-19 es evitar aglomeraciones de personas, lo cual no se cumplió en los recientes partidos de fútbol en el estadio Cuscatlán, donde 30,000 personas estuvieron cantando y gritando. Las microgotas generan un efecto de aerosol o atmósfera viral, de acuerdo a un estudio del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), un solo aficionado con el coronavirus podría contagiar de 30 hasta 300 personas, lo que derivaría de 11 a 100 hospitalizados y de 1 a 9 fallecidos.
Óscar Picardo, director del ICTI, señaló que al vender aproximadamente 30,000 entradas en cada uno de los dos partidos de la selección contra Panamá y México el 7 y 13 de octubre, elevará el nivel de contagios, hospitalizados y fallecidos, a esto sumado los partidos pasados contra Estados Unidos y Honduras el 2 y 5 de septiembre pasado.
Pero si ese contagiado y los nuevos contagiados compraron un paquete de entradas y van a los cuatro partidos las cosas cambian, se podría escalar de 5,000 a 19,000 contagiados, cerca de 1,900 a 6,000 pacientes hospitalizados y un rango de 170 a 500 decesos; aunque en el estudio hay diversos escenarios intermedios.
“Llama la atención el impacto aparente que generaron los partidos de la selección, oímos de muchos médicos que los hospitales están saturados en esos días, posiblemente podría estar asociado a estos eventos deportivos, dentro de las conductas inapropiadas o de bioseguridad, las aglomeraciones y falta de distanciamiento físico es un factor que afecta el dinamismo del contagio del COVID-19, pero en un estadio la gente se emociona, canta y grita, estas conductas facilitan la atmósfera aeróbica y muchos contagiados ya vacunados y asintomáticos estarán esparciendo el virus”, detalló Picardo.
En promedio por cada microgota o flujos que se expulsan al hablar se liberan alrededor de 1,200 aerosoles, mientras tanto, al gritar se emiten entre 20 y 50 veces más partículas. Pese a la exigencia del carné de vacunación con el esquema completo, muchos vacunados pueden estar contagiados y además ser asintomáticos, ya que el fármaco sólo disminuye las posibilidades de ingresar a la UCI o fallecer, por lo tanto, estar vacunado no es garantía de inmunidad.
Según el estudio del ICTI, la hipótesis que maneja el Centro de Modelaje Matemático “Carlos Castillo Chávez” es que los dos primeros partidos de la selección de El Salvador contra Estados
Unidos y Honduras el 2 y 5 de septiembre, elevaron el contagio; y que los próximos encuentros contra Panamá y México, el 7 y 13 de octubre, agudizarán la situación del COVID. Solo queda esperar que los servicios hospitalarios no se saturen aún más.
Asimismo, se analizaron los datos del gobierno en el sitio oficial, donde solo en los primeros 19 días del mes de septiembre se identificaron 5,957 nuevos casos, a partir del 7 de septiembre comenzó a crecer el número de infecciones, precisamente cinco días después del primero de los dos partidos que jugó la selección de fútbol mayor en el estadio Cuscatlán, que es el tiempo promedio de incubación del virus. El 5 de septiembre, tres días después del primer partido, se llevó a cabo un segundo y en ambos eventos deportivos el estadio Cuscatlán se llenó de aficionados. Nuevamente, cinco días después, el 10 de septiembre se confirmó que El Salvador se encuentra en un alza de casos por COVID-19.
La selección mayor de fútbol de El Salvador volverá a jugar de local contra Panamá y México el 7 y 13 de octubre, sin lugar a dudas el estadio Cuscatlán se llenará nuevamente pese al alza de contagios de COVID-19 que se tiene en este momento. El juego contra el COVID-19 lo podría ganar El Salvador, pero de perderlo, el saldo en uno de los peores casos podría ser de 12,000 contagios, 4,000 hospitalizados y más de 300 muertos, si personas contagiadas van a los dos juegos clasificatorios.
En la investigación se aplicó el modelo estándar de transmisión de enfermedades infecciosas por aerosol de Wells-Riley, un método para estudiar la transmisión de enfermedades infecciosas por medio de aerosoles. Este modelo fue desarrollado por William F. Wells y Richard L. Riley para estudiar la tuberculosis y el sarampión, aunque puede aplicarse a otras enfermedades transmitidas por el aire como es el COVID-19.
El ICTI reiteró que para frenar la propagación del virus es necesario limitar el aforo, al menos al 50% o menos en partidos de fútbol, iglesias, bares, restaurantes, discotecas y otras actividades que sobrepasan las 50 personas; vigilar el distanciamiento social y limitación del aforo en unidades del transporte público.
Además, recomendó controlar el aforo en supermercados, cines y otros comercios masivos; que las empresas con más de 50 empleados, de ser posible un porcentaje haga sus actividades en modalidades de teletrabajo; y volver al sistema online o a distancia híbrido, en el sistema educativo público y privado.
El más reciente informe del gobierno indica 104,348 casos confirmados de COVID-19, de éstos 86,851 se han recuperado, 3,197 fallecidos y 14,300 siguen activos, de esta última cifra 85 pacientes se mantienen en estado crítico, 413 graves, 4,003 moderados, 4,168 estables y 4,493 asintomáticos. Con respecto a las vacunas, se han aplicado 7,349,843, de las cuales, 4,036,100 corresponden a primera dosis, 3,308,736 a segunda y 5,007 personas ya recibieron la tercera dosis.
