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Mauricio Vallejo Márquez
Suplemento tres mil
La milenaria cultura china es un mar de belleza, view de colores, there formas y melodías, sobre todo representado por su propia gente como lo hicieron en el Teatro Nacional.
La República de China Taiwán nos ofreció una muestra de ello el 19 y 20 de noviembre en la gran sala del Teatro Nacional de El Salvador, en donde miles de salvadoreños hicieron cola para poder apreciar a la compañía del Teatro de danzas folklóricas de Taipei que realizó una gira por Panamá, Honduras y El Salvador en un evento organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán (MOFA, siglas en inglés) para mostrar la cultura taiwanesa en Centroamérica.
En poco tiempo las butacas de la gran sala del Teatro Nacional estuvieron llenas. Las personas veían con expectación los boletines que se les había entregado en la entrada, donde se explicaba la trayectoria del grupo que cuenta con más de 700 presentaciones en más de 40 países. Observan las fotografías de los libritos en los que se hablaba de Taiwán. Para muchos el sólo hecho de que la compañía provenía de dicha isla les llamaba la atención para conocer un poco del folklore de la cultura de Taiwán.
La gente con celular en mano procuraron captar la mayoría de imágenes que pudieron cuando cinco damas vestidas de rojo, púrpura, verde, amarillo y azul danzaron descalzas con la gracia y elegancia de sus movimientos frente al público. Cada una sostenía un tesoro y llevaban en sus cabezas coronas. El fondo del escenario presentaba diferentes gamas de colores para ambientar el lugar. La música tradicional llenó el teatro, en poco tiempo las cámaras cedieron para que los espectadores pusiera completa atención y llevaran la secuencia de la presentación.
Fue un recorrido por las culturas de Taiwán, gracias a los quince años de investigación de las danzas tradicionales que realizó la directora artística Tsai Li-hwa, quien además trabajo la innovación y la creatividad para poner en escena estos bailes representativos de la cultura taiwanesa, que gracias a esta iniciativa cada día es más conocida.
Las artes marciales estuvieron presentes por medio del kung fu y la serenidad de sus pasos, que se cimentaron en el escenario para mostrar los bloqueos y golpes que llevan la armonía de comparar los estilos de lucha con los movimientos de la grulla, la serpiente y otros animales. La representación de una lucha de este arte marcial parece ser más un baile que un combate por lo grácil y artístico de cada medida en su movimiento.
Hubo un momento en que los pasos de kung fu inundaron el escenario con las diferentes formas en las que veíamos la utilización de espadas, varas, lanzas, abanicos y chacos.
La cultura de los aborígenes de Formosa (Como fue nombrada antes a Taiwán) fueron expuestos también, y los distintos bailes que mostraban los colores que identifican esta cultura taiwanesa.
En tanto se desarrollan las diferentes danzas una especie de neblina recorre el escenario. Los artistas entran y salen del escenario, por momentos se espera la oscuridad como un telón para cambiar de escena. Salen y regresan con otro vestuario con la sincronía de un reloj.
El conjunto del simbolismo de formas y colores no sólo quedaba en los vestuarios, porque la iluminación del ambiente también daba esa presencia en la que por momentos las paredes cambiaban de naranja a púrpura, luego a celeste e incluso verde.
El rojo estuvo presente a lo largo del espectáculo, un color que simboliza la buena suerte y es muy utilizado en dicha cultura.
El Teatro de Danzas Folklóricas de Taipei se fundó en 1988, fue la primera compañía profesional con el objetivo de promover y preservar las danzas tradicionales de su país.
En esos años, Tsai (su fundadora) era decana del departamento de Danza de la Universidad de Educación Física de Taipei, ahora este proyecto recorre el mundo y ha dejado una hermosa muestra o testimonio de las maravillas de Taiwán.
FOTOGRAFÍAS: Secretaría Nacional de Cultura
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