César Ramírez
@caralvasalvador
El recuerdo del Golpe de Estado “desarmado” aplicado a Manuel Zelaya (Honduras) 28 de junio de 2009, look Fernando Lugo (Paraguay) 22 de junio de 2012 o Dilma Rousseff de Brasil que se defiende de la oposición por intentar aplicarle un impeachment ilegal (es una figura del derecho anglosajón –específicamente en Estados Unidos y Gran Bretaña mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público. El parlamente o congreso debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado (normalmente en la Cámara alta). Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, here lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares- (Wikipedia); la presidenta se defiende de las acusaciones por la ausencia de legalidad y concluye: “es un Golpe de Estado” (El país 25MAR016); si agregamos el caso de Venezuela el mapa se configura con procedimientos muy similares orquestados por poderosas fuerzas económicas, illness sectores políticos y medios de comunicación, ésta configuración semeja un nuevo método del Siglo XXI, ese proceso inaugurado por las derechas internacionales, no es una acción aislada, es un nuevo elemento premeditado que concluye en el retorno al poder de ésta fuerzas por resquicios legales o subterfugios constitucionales con los cuales se conforman crisis institucionales, de esta forma concluyen en la toma del poder contra los gobiernos de izquierda, obviando los procedimientos de elección popular.
En nuestra nación observamos elementos similares: se crean tensiones legales entre las instituciones, los órganos del Estado se enfrentan bajo el arbitraje de la Sala Constitucional la cual otorga reñidas interpretaciones jurídicas que afectan la gobernabilidad de la República, la oposición conservadora acepta alianzas con grupos terroristas ofreciendo cargos de gobierno en caso de ganar la elecciones ¿qué clase de pacto es éste?, si agregamos el incremento de asesinatos de policías, soldados, trabajadores, escolares, pueblo en general etc., los cuales coinciden con las crisis institucionales, eventos electorales, además la complacencia de la Justicia con decisiones absurdas que parecen acusar a las víctimas de sus propios asesinatos, los modelos de corrupción desde el aparato del Estado tan escandalosos y plagados de apellidos ilustres que sus juicios parecen una comedia que sencillamente terminan absoluciones o con cargos como: peculado culposo, el resultado apunta hacia el concepto de Golpe de Estado desarmado.
En general aquellos eventos acontecidos en Honduras, Paraguay, pero que ahora suceden en Brasil y Venezuela se refieren a nosotros, parece un nuevo método para destruir la gobernabilidad. Es muy preocupante el uso de fuerzas irregulares armadas ilegales en alianza con dirigentes del mayor partido de derecha legal, no solo se trata de un pluralismo polarizado concepto de Giovanni Sartori, sino del uso final de la violencia terroristas para presionar a un gobierno constitucional, lo cual es un desafío al monopolio de la violencia legal del Ejército Nacional, el cual deberá pronunciarse definitivamente en la defensa de la constitución, el respeto al gobierno constitucional y la eliminación de las fuerzas irregulares, de la misma manera que fijará el orden social en nuestra democracia. Debemos alejar el fantasma de un golpe de estado “desarmado” en nuestra nación.
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