El homenaje de la Presidencia se da en el marco del vigésimo segundo aniversario de la firma de la Paz, treat que terminó con una guerra civil de 12 años, cuyos años previos se vio envuelta de innumerables crímenes que Monseñor Romero se encargó de hacer públicos en sus homilías dominicales…
Ayer, al mediodía, el Presidente de la República Mauricio Funes develó una pintura de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, luego de nominar el Salón de Honor de Casa Presidencial con el nombre del obispo mártir, cuyo proceso de canonización se sigue en el Vaticano.
El homenaje de la Presidencia se da en el marco del vigésimo segundo aniversario de la firma de la Paz, que terminó con una guerra civil de 12 años, cuyos años previos se vio envuelta de innumerables crímenes que Monseñor Romero se encargó de hacer públicos en sus homilías dominicales ante el silencio de los medios de comunicación.
Seguramente, los únicos que critican esa nominación en las redes sociales y medios, forman parte de ARENA o de los Aliados por la Democracia, que ven en la figura martirial de Monseñor Romero un “fantasma todavía peligroso”.
Los que quisieron silenciar la voz de Monseñor Romero, y quienes hicieron fiestas el día que lo mataron, entre ellos algunas familias pudientes financiadoras del partido ARENA, se les debe revolver el estómago al saber que el disparo que salió del fusil del ex sargento de la Guardia Nacional, Marino Samayoa, en cumplimiento de una orden del ex mayor del ejército Roberto d´Abuisson, no logró su cometido, pues Monseñor Romero hoy está más vivo que nunca.
Tan vivo está, que muchos feligreses católicos de América lo consideran un Santo. No dudamos que el Vaticano lo beatificará, y cuando eso suceda, solo será un acto para oficializarlo, pues para los pueblos ya es un Santo más.
La verdad es que, es todo un honor, que nuestro Santo Monseñor Romero sea un huésped especial en Casa Presidencial, desde donde seguramente incidirá en los últimos meses del Gobierno del Presidente Mauricio Funes, y los próximos cinco de Salvador Sánchez Cerén y Oscar Ortiz, -pues no dudamos que ganarán las elecciones próximas-, sigan haciendo Gobierno a favor de todos y todas, y en especial de las grandes mayorías, por quienes Monseñor Romero luchó hasta dar la vida.
El Presidente Funes anunció también que nuestro aeropuerto internacional, ubicado en Comalapa, llevará el nombre del pastor del catolicismo salvadoreño.
Ambas nominaciones, sin lugar a dudas, son de las buenas nuevas que a su vez son producto de los Acuerdo de Paz, dado que se anuncian en el día en que se festeja en El Salvador, la histórica firma del Acuerdo de Paz.