Francisco Américo Mejía
América Latina y el Caribe están en grave peligro; los gobiernos que representan a las clases populares como en Cuba, health Venezuela, ailment Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua, El Salvador, están amenazados por la alianza imperialismo norteamericano – oligarquías locales; las oligarquías de los gobiernos de derecha: México, Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Argentina, etc. también participan de la estrategia de eliminar a los gobiernos que no son del agrado de los Estados Unidos y del neoliberalismo.
En todos los países progresistas, la derecha ha perdido las últimas elecciones y está desesperada y preparada para el asalto al gobierno por cualquier medio que incluye el desgaste, el desprestigio, la calumnia, como también el “golpe de Estado suave”. Los enemigos de estos gobiernos son específicamente los grupos de poder económico, los medios de comunicación dominantes y los Poderes Judiciales que desde siempre le han estado a su servicio. Se utiliza el desprestigio y la calumnia desde los medios de comunicación, denigrando a personas e instituciones, se agigantan los errores de los gobiernos progresistas y se invisibilizan sus logros, todo esto se desarrolla en cada país y a nivel internacional por las agencias mediáticas dominantes, desde Europa y Estados Unidos. El dinero de esa clase oligárquica les permite no sólo comprar votos y conciencias durante los periodos electorales, sino también funcionarios para boicotear los planes de los gobiernos progresistas y dinero para financiar “movilizaciones populares” contra dichos gobiernos. En El Salvador se promueven intensamente las actividades delincuenciales de las “maras”; éstas utilizan principalmente el terror y la extorsión como medios principales de crear la crisis. Podemos preguntarnos ¿Qué relación tiene este tipo de delincuencia con la oligarquía? ¿Cómo se “lava” el dinero que producen las actividades del narcotráfico, venta de armas, contrabando de mercancías, extorsiones, etc.? La respuesta es que solamente personas o empresas que manejan grandes sumas de dinero (millones) pueden realizar el lavado en los paraísos fiscales, manejando estas sumas con empresas desde los países consumidores, que están registradas en el exterior. El Salvador es un ensayo para el relanzamiento del crimen organizado y maras como un arma política contra el gobierno del FMLN, por lo que la estrategia de enfrentamiento a la delincuencia que impulsa el gobierno del profesor Sánchez Cerén no es apoyada por la ultraderecha salvadoreña, la que dice sí, pero no apoya los recursos financieros que se necesitan para desarrollar dicha estrategia; los partidos políticos de la oligarquía buscan, obviamente, justificaciones para no dar sus votos, ya que las medidas del gobierno del FMLN han sido bien acogidas por la población y decir no, puede tener costos políticos electorales.
El peligro más grande en este momento está en Brasil, sin olvidar la ofensiva que sufre la revolución bolivariana en Venezuela. Tanto la presidenta Dilma Rousseff, como el presidente de Venezuela, el de Cuba y Nicaragua definen lo que ha pasado en Brasil como un golpe de Estado. Surge la pregunta ¿Se reconocerá un gobierno producto de un golpe de Estado? ¿Qué hará la CELAC, la UNASUR ante tal acontecimiento?
Los gobiernos progresistas lo mismo que las organizaciones populares, democráticas y revolucionarias deben mostrar su repudio ante este atentado a la democracia y el progreso de los pueblos, y solidarizarse con el pueblo brasileño, su partido político y su presidenta.