El director del Hospital San Rafael, de Santa Tecla, Yeerles Ramírez, hizo -el lunes- un vehemente llamado a la responsabilidad de quienes estén con un familiar o una persona con COVID-19, para mantener la cuarentena estricta, porque si sale de su casa seguramente va a contagiar a otros.
“Todas las personas con nexos epidemiológicos de pacientes con COVID-19 deben guardar las medidas sanitarias para proteger a los demás”, insistió el médico.
Siempre lamentamos que no se montara una campaña de concienciación y educación de la población sobre el COVID-19. Da la impresión que la única forma que se tiene para combatir la pandemia es la cuarentena, es decir, el encierro obligatorio en los hogares y haciendo uso del ejército y la policía.
Si, por el contrario, se realizaran campañas sistemáticas de concienciación y orientación, seguramente los resultados del efecto del COVID-19 fueran otros.
El miedo tampoco es el mejor método, la enfermedad por sí misma es suficiente para estar aterrado, entonces, una vez más, es necesario que se invierta en campañas educativas.
Insistir en no salir a contagiar puede impactar en la sociedad. Quien tiene un familiar con COVID-19 debe quedarse en casa, dice el director del Hospital San Rafael, pero, no le explican, por ejemplo, si solo catorce días o el mes, pues hoy nadie tiene claro de lo que significa una cuarentena. Tampoco se le explica al familiar del paciente con la enfermedad a partir de qué momento debe contar los días para realizar su cuarentena obligatoria.
Esto solo pueden decirlo los médicos, el Ministerio de Salud. El propio director del San Rafael no se tomó el tiempo para explicar esto. Y en estos momentos que el Ejecutivo no puede contar con el ejército, ni con la policía para mantener encerrada a la gente, debería orientarse, a través de una campaña para la salud y desde la salud.
“He conocido casos hace muy poco de familias completas en las cuales hay positivos, que están hospitalizados los mayores de la casa y los jovencitos andan de arriba abajo visitando a los vecinos y ellos, posiblemente, fueron asintomáticos”, dijo el médico. Pues a partir de estos casos reales hay educar a partir de campañas, pues, por mucho que ande el doctor del San Rafael de medio en medio, en tanta información que difunde, difícilmente quedará en la mente la información que se necesite para esperar ciertos resultados.
El reto, entonces, es para el Ejecutivo, a que retome en esta etapa, para lo que resta del año, una continua campaña de educación, de orientación de los y las salvadoreños para contribuir a evitar que más gente se siga contagiando.
Todos los salvadoreños y salvadoreñas debemos tener claro que quienes transfieren el virus es quien lo porta, ya sea porque presenta síntomas o no. En este sentido, es necesario que las familias tengan claro que si hay un enfermo de COVID-19, lo más seguro es que todos estén contagiados, incluso, si no presentan síntomas.
Y solo debe bastar que un familiar nuestro esté contagiado para ponernos en cuarentena de forma voluntaria y de forma estricta para no contagiar a otros.
Y esa debería ser la consigna de cada uno de los habitantes de El Salvador: NO CONTAGIAR A OTROS.
Los y las salvadoreñas debemos tener claro que en el hospital, el médico y la enfermera solo buscarán salvar la vida de quien porta la enfermedad, pero, no serán ellos ni allí donde se romperá la cadena de contagio. Porque la cadena de contagio solo puede detenerla cada uno de los salvadoreños cuando decide no contagiar a otros.
En este sentido, y como lo expresaba el director del Hospital San Rafael, “DEBEMOS ACTUAR CON GRAN RESPONSABILIDAD”.
El llamado a todos los salvadoreños es, entonces, a actuar con responsabilidad para romper la cadena de contagios.