Contrario a lo que todo mundo cree, la polarización en el plano político no es dañina para la sociedad, al contrario, alimenta sus aspiraciones cuando no es parte del poder real, políticamente hablando. Cualquiera pensaría que la derrota de los gobiernos de ARENA y del FMLN fue la polarización que mantuvieron ambas fuerzas políticas después de la firma de la paz. Al contrario, fue quizás la falta de esa polarización emanada desde el Gobierno, es decir, desde la presidencia de la República, que le quitó el motor de participación política de la sociedad.
Ante la falta de esa polarización, los votantes se creyeron el discurso del ahora presidente Nayib Bukele, que el FMLN y ARENA eran lo mismo. Incluso, quizá, ni el discurso de la corrupción o la transparencia pegó tanto en el electorado. Y es que si la corrupción hubiera sido el principal tema, a esta altura todos esos votantes de Nuevas ideas estarían exigiendo a su líder, el presidente Bukele, explicaciones del porqué no ha dado detalles, después de más de un año, de los cientos de millones de dólares utilizados para “combatir la pandemia”. Estarían exigiendo por qué no transparenta la información, por qué decretan reserva de todo. Es decir, no es cierto que a los votantes de este pueblo, ese millón 400,000 que votó por Nuevas Ideas no le interesa si son corruptos o no, si practican la transparencia o no. Estos temas, al final, solo le interesan a ese 3 % de la población acuñada por el presidente Bukele, y que luchará para exterminarla políticamente hablando.
La verdadera motivación de los votantes salvadoreños es la polarización. Por eso el presidente Bukele y sus funcionarios no dejan de atacar a “contrincantes”, a pesar de que ellos mismos dicen que “son insignificantes” o que no “valen nada”. Pues claro que si son significantes, tienen gran valor, pues, de lo contrario el presidente Bukele y sus funcionarios no tendrían a quien atacar. Pero, a pesar de que lo anterior es una verdad política en este momento, vale la pena reflexionar el llamado que hizo el domingo pasado el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, cuando pidió a la nueva bancada legislativas (NI) a fomentar “un clima de paz”.
El cardenal dijo que “Una persona sabia escucha consejos, pero en una mayoría así, puede que eso se olvide y se crea que tiene toda la verdad, pero nadie tiene toda la verdad; necesitamos de todos los brazos, hay muchas ideas positivas que, si se van sumando, van construyendo una solución adecuada”. El cardenal Rosa Chávez tiene razón, pero esta tiene validez si la población actúa motivada por la racionalidad, cuando actúa por emotividad no hay argumentos válidos, es más no existe la razón.
Y como lo que tenemos es una masa que se mueve fundamentalmente por la emotividad, la polarización es la forma de alimentarla, por eso es que los principales funcionarios del actual Gobierno, entre los que se encuentra el futuro presidente del Primer Órgano del Estado, siguen lanzando mensajes negativos, confrontativos y despectivos contra la bancada saliente.
A partir del 1 de mayo, los diputados de oposición, algunos de los cuales durarán los tres años para los que fueron electos, a otros, seguramente, los sacarán mediante juicios políticos, porque vendrá la revancha, deben trabajar. Por eso decimos que el llamado del cardenal Gregorio Rosa Chávez es oportuno, pero que no tendrá eco en la bancada oficial, como no lo ha tenido en el Ejecutivo.
Es decir, los próximos tres años serán de diatribas, de odio, etc. Ojalá y San Romero, con las oraciones del cardenal, haga el milagro que ocurra todo lo contrario a lo aquí planteado.