El pueblo cubano y los amigos de Cuba en todo el mundo, se canjearon una nueva victoria contra el bloque que el Gobierno de los Estados Unidos mantiene contra Cuba desde 1962, que le ha ocasionado millonarias pérdidas a la economía cubana, que ha impactado, por supuesto, a los niños, jóvenes y adultos en todos los aspectos, sobre todo en lo social y la economía familiar.
Y es que El proyecto de resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba” fue aprobado el pasado jueves con 185 votos a favor, en el marco de la trigésima votación ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (AGNU). Solo Estados Unidos e Israel votaron por mantener el criminal bloqueo, mientras que Ucrania y Brasil (aún de Bolsonaro) se abstuvieron. El Bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba fue propuesto el 6 de abril de 1960 por el vicesecretario de Estado, Lester D. Mallory, a través de un memorándum secreto que aconsejaba “estrangular a Cuba, privando a la isla de dinero y suministros, para reducir sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”
En efecto, ha provocado escasez de dinero, y con ello la dificultad en la obtención de suministros para sacar a Cuba del subdesarrollo y llevarla a la palestra el desarrollo, pero no han logrado doblegar al pueblo cubano del socialismo. Estados Unidos, no sólo ha mantenido por 60 años el bloqueo para “estrangular” a los cubanos económica, comercial y financieramente, sino que ha recorrido a las prácticas terroristas, incluidas fuerzas mercenarias, primero, y luego, con el financiamiento de plataformas digitales, para promover rebeliones internas, y que, por supuesto, no han logrado su cometido.
De acuerdo con el Gobierno de la isla mayor del Caribe, los daños acumulados en más de 60 años de bloque alcanzan los 154.217 millones de dólares. Solo en los primeros 14 meses de la administración de Joe Biden, las afectaciones por el bloqueo ascienden a seis mil 364 millones de dólares. Desde 1992, que Cuba presentó su primer proyecto de condena al bloqueo, la Asamblea General de la ONU ha votado a favor del levantamiento de esa política criminal, pues no ha logrado su cometido de hacer retroceder el socialismo cubano, pero sí ha afectado a niños, niñas, jóvenes y ancianos, que han sufrido las consecuencias del bloqueo, sobre todo en las áreas de salud y la educación.
Es inaudito que Estados Unidos, que se auto nombra paladín de la democracia mundial, mantenga una política fracasada contra Cuba, y otras naciones latinoamericanas, pues estas no afectan a los gobiernos, cuando este responde a las inquietudes y aspiraciones de sus pueblos.
Cuba optó por el socialismo en 1959, tras el triunfo de la revolución cubana, bajo los liderazgos del comandante Fidel Castro Ruz, el Che Guevara y Cienfuegos, entre otros paladines de la revolución cubana. Estados Unidos debe entender que no puede ni debe imponer sistemas de gobiernos en el mundo, mucho menos la copia del desarrollado por el mismo, pues por eso existe el principio mundial de la AUTODETERMINACIÓN de los pueblos.
Una rectificación del gobierno de Biden total o parcial, como comenzó a hacerlo el expresidente Barak Obama, sería bien visto por el mundo entero, sobre todo, por los pueblos de Latinoamérica muy solidarios con Cuba, y que en alguna medida también han sufrido las políticas impositivas e imperiales de los Estados Unidos.
Estados Unidos debe dejar de intervenir como lo está haciendo contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, porque tarde o temprano necesitará también de estos pueblos.
A raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania, provocado por la OTAN y los mismos Estados Unidos, el gobierno de Biden se ha visto en la necesidad de acercarse al gobierno de Nicolás Maduro, para resolver su problema energético. Es decir, está claro que la autosuficiencia de los Estados Unidos no es infinita y tarde o temprano necesita de sus vecinos.
Esta nueva realidad que está atravesando Estados Unidos en el tema energético debe hacer reflexionar a sus distintos gobiernos, y reconocer a cada nación como iguales, respetando sus sistemas de gobierno y evitando imponer medidas como los nefastos e ilegítimos bloqueos económicos, comerciales y financieros. Que los 185 votos que Cuba logró recientemente en la Asamblea General de las Naciones Unidas sea suficiente para que el gobierno de Biden dé marcha atrás al criminal bloqueo contra Cuba y Venezuela.