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Un pan dulce de sueños y esperanza

Yaneth Estrada
Diario Co Latino

En  el desayuno acostumbrado que brinda el Presidente de la República, for sale Salvador Sánchez Cerén, cialis sale cada 15 días, en la Residencia Presidencial, se dio la oportunidad para degustar un delicioso pan hecho por las manos trabajadoras  de Ivonne Rosibel Cruz, una joven, madre y esposa emprendedora, que tras el despido de su esposo disidió elaborar el mejor pan artesanal.

“Todo comenzó porque tenemos una hija y las cuentas apretaban, entonces mi mamá nos incentivo  a poner una panadería, aunque no sabíamos nada de pan, pero uno de salvadoreño es luchador; así que comenzamos junto a mi esposo”, explicó  Cruz, de 30 años.

Según esta pequeña empresaria, comenzaron horneando en casa,  comprando cinco libras de harina y dos libras de manteca. “En  ese tiempo tuvimos que botar mucho pan, o nos lo comíamos porque no podíamos darle el punto, pero seguimos adelante. El primero fue pan dulce, después  nos pidieron pan francés o bollos”, relató.

Ahora, la Panadería El Manjar cuenta con un horno profesional con capacidad para 9 latas de pan, que incluye una variedad muy local como: novias, pichardines, pastelitos de piña, pan francés y para eventos especiales también ofrecen pasteles.

“Yo quiero agradecer al Gobierno del Presidente Sánchez Cerén porque, obtuve un préstamo en FOSOFAMILIA,  llegué al INJUVE y ahí comenzaron a prepararnos, me pasaron con un asesor y acá estamos dos años después pensando en grande, en tener cafeterías y quizás un día un restaurante”, destacó Ivonne Cruz.

El pan del desayuno Presidencial

Hace cuatro días, llegó una llamada inesperada que solicitó a esta ingeniosa panadera y a su esposo, un pedido especial que se serviría este sábado en el desayuno que el Presidente de la República ofrece cada quince días en la Residencia Presidencial.

¨Fue sorprendente, pero  a pesar de los nervios, decidimos poner manos a la obra. Decidimos el menú, preparamos los ingredientes: harina, manteca, levadura, azúcar y ayer a las 9:00 de la noche empezamos a preparar el pan, que estuvo terminado hoy (el sábado) a las 4:00 de la mañana¨, dijo.

De ahora en adelante, a un salvadoreño no le queda decir no puedo, se puede salir adelante, han sido dos años de trabajo duro, desvelos y una que otra lágrima, sin embargo, todo ha valido la pena, cumplimos con el pedido más importante de nuestras vidas y junto a mi esposo seguiremos luchando por sacar adelante a mi hija, que ya tiene dos añitos”, reconoció esta valiente cuscatleca.

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