La Habana / Prensa Latina
Luis Beatón
Un peligro para la humanidad se abre paso entre las llamas que hoy consumen la Amazonia en Brasil: el calentamiento global podría acelerarse si la región se convirtiera en una fuente de emisiones de carbono.
La noticia del fuego en la Amazonia es viral en las redes sociales y en muchos medios de prensa, mientras los expertos advierten que el enorme siniestro puede afectar severamente la función de ese entorno como almacén vital de carbono.
Según estadísticas citadas por estadounidense The Washington Post, la selva tropical absorbe una cantidad sustancial de los dos mil 400 millones de toneladas métricas de carbono que los bosques mundiales atraen anualmente.
Pero la contingencia incendiaria debilita esa función debido a la deforestación y a la alteración de los patrones climáticos.
En este escenario es llamativo el anuncio de la Casa Blanca de que el presidente Donald Trump planea no asistir a la próxima Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York el 23 de septiembre.
Una fuente del entorno presidencial indicó que el administrador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Andrew Wheeler, encabezará la delegación estadounidense, y será el encargado de mostrar ‘el progreso ambiental de Estados Unidos’, algo que muchos ponen en duda conociendo la negativa de Trump de reconocer el fenómeno y sus peligros.
La cumbre de la ONU será auspiciada por su Secretario General, António Guterres, y será testigo de un llamamiento a todos los líderes para que elaboren planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de reducir las emisiones en un 45 por ciento durante la próxima década y alcanzar emisiones netas nulas para 2050.
Más al sur, en Brasil, el mundo es testigo de cómo las políticas del presidente Jair Bolsonaro acentúan los cambios que pueden contribuir a la modificación del clima, mientras más de 74 mil incendios este año acercan la contrariedad y destruyen el hábitat de millones de especies de plantas y animales.
Se estima que un 20 por ciento del oxígeno de la Tierra se produce sólo en la región que ocupa la selva amazónica, que abarca varias naciones sudamericanas, pero la mayor parte de ella la ocupa Brasil.
Desde que asumió la presidencia el gobernante brasilero la tasa de deforestación en la Amazonia aumentó notablemente, alcanzando una tasa superior a tres campos de fútbol por minuto, según datos del gobierno citados por The Guardian el mes pasado.
Bolsonaro califica de ‘mentiras’ las estadísticas, y agregó que la advertencia sobre la deforestación perjudicó al país en las negociaciones comerciales, mientras culpa a organizaciones no gubernamentales de estar detrás de los fuegos con argumentos risibles.
La organización GreenPeace Brasil dijo que los incendios crecieron en las zonas más afectadas por el aumento de la deforestación.
Según Danicley de Aguiar, un defensor de los bosques amazónicos de Greenpeace Brasil, ‘desde que asumió el cargo, el gobierno actual desmanteló sistemáticamente la política ambiental del país’, algo muy parecido a lo que hace su par Trump en Estados Unidos.
Al respecto, el diario estadounidense The Hill señala que Bolsonaro se ganó una reputación como el brasileño Donald Trump debido a su escéptica visión de la regulación ambiental.
Dijo como candidato presidencial en 2018 que las políticas ambientales estaban ‘sofocando’ la economía y amenazó con retirar a Brasil del acuerdo sobre el clima de París.
Al respecto de los peligros de ahora, expertos citados por el diario The Washington Post advierten que un aumento de los incendios y la deforestación en la selva amazónica haría más difícil para los países firmantes del Acuerdo sobre el Clima de París limitar el calentamiento global a ‘muy por debajo’ de los 3,6 grados.
En estos momentos de angustia y peligros para la humanidad, también hay voces que contrarían las hipótesis de los mandamases en Washington y Brasilia.
Entre estos está el senador Bernie Sanders, un aspirante a relevar a Trump, quien adelantó un amplio New Deal verde para abordar el cambio climático si llega a la Casa Blanca, un plan que, según él, asumiría ‘el mayor desafío que enfrenta nuestro país’ y crearía 20 millones de puestos de trabajo.
Al presentar su idea el político dijo que ‘este es un momento crucial en la historia de Estados Unidos, y realmente, en la historia de la humanidad. La crisis climática no sólo es el mayor desafío que enfrenta nuestro país; también es nuestra mayor oportunidad para construir un futuro más justo y equitativo, sino que debemos actuar de inmediato’.
Sander, contrario a los esquivos planes de Trump, promete que declarará el cambio climático como una emergencia nacional en su país y se unirá a los Acuerdos Climáticos de París, de los cuales el actual gobernante se retiró en 2017.
Tal vez hoy, cuando la Amazonia está en llamas, algunos comprendan que llegó la hora de tomar medidas agresivas para frenar los efectos del cambio climático, algo a lo que llamaron líderes mundiales en 1992 en la Cumbre Climática de Rio de Janeiro, cuando advertían de las amenazas que pesaban sobre la especie humana y su desaparición.