Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
La señora Laura Richardson, responsable del comando sur de los EEUU, en Aspen, durante la conferencia regional de seguridad el pasado 23 de julio, refirió lo importante y urgente que es establecer para América Latina un Plan Marshall.
El Plan Marshall se diseñó para recuperar económicamente a la región occidental europea una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Entonces dedicó $13, 000, 000, 000. 00 a esa tarea.
Esa inversión estratégica fue para plantarse ante la vencedora Unión Soviética, que entonces se erigió en términos ideológicos, geopolíticos y militares, cómo el nuevo poder a vencer para occidente.
La recuperación económica y militar de Europa occidental se estableció entonces como una prioridad.
Alemania fue en este proyecto, la principal beneficiada de los esfuerzos económicos que adelantó EEUU, por lo que en el proceso se pudo apreciar además un esfuerzo por establecer un nuevo proyecto de ideologización política para su población.
Por supuesto aquello nunca fue gratuito, los beneficios que recoge EEUU aún ahora dan cuenta de ello.
Beneficiados porque es Europa para los EEUU, su principal aliado en términos tanto económicos como militares, por completo sometida a sus intereses, que además siempre se supedita a éste, permitiéndose ser azuzada permanentemente en contra Rusia, heredera de la Unión Soviética, conformándose de acuerdo a los parámetros militares actuales, en el valladar que contendrá sin rechistar cualquier avance del Oso hacia occidente, sin importar los costos.
Sus costos.
Ahora y de acuerdo a la visión geoestratégica de los estadounidenses, no solo Rusia constituye una amenaza existencial para éste, se le ha sumado China e Irán, los que supuestamente le están impidiendo hacer a sus anchas en la región latinoamericana, por lo que su influencia es recategorizada como injerencista [recordemos la doctrina Monroe del patio trasero], y deben ser contrarrestadas por los medios necesarios.
No se necesita ser un entendido en temas bilaterales o militares, para comprender que los temores gringos giran no sólo en lo ideológico, sobre todo los de carácter económico.
Durante su disertación, la señora Richardson divagó en torno a los supuestos beneficios que han supuesto para América Latina encontrarse bajo la esfera de influencia de los EEUU, en términos materiales, pero también de libertades.
Sin duda la señora Richardson carece igual que la vasta mayoría de sus conciudadanos, de una visión objetiva de las relaciones habidas entre su país y nuestra región, a la que ven, recordemos, como patio trasero.
Los desencuentros habidos, son siempre por favorecerse los EEUU del expolio privilegiado y gratuito de los recursos de nuestra región, mientras profundiza las condiciones de inequidad social y económica y de pobreza consuetudinaria que su influencia a promovido, además de enriqueciendo desmedidamente a una élite cavernaria y criminal en estos territorios para así asegurarlo.
En el fondo, ese temor no solo se origina en la posibilidad de perder su influencia, sino el de finalmente confrontarse con sus demonios, a los que no podrá superar.
Porque la sinrazón, como la mentira, tiene patas muy, muy cortas.