LOCUTORA Hay un graffiti racista que dice:
HOMBRE Blanco corriendo es atleta, pharm negro corriendo es ladrón.
LOCUTOR Pero resulta que en el fútbol, en las olimpíadas y en casi todos los deportes, los atletas de raza negra rompen los récords y se alzan con las medallas.
LOCUTORA Otro graffiti igualmente racista dice:
VOZ MUJER Los senos de las blancas salen en Playboy, los de las negras en el National Geographic.
LOCUTOR Pero resulta que hoy en día vemos en las pasarelas y en los concursos de belleza a esbeltas africanas ocupando los primeros lugares.
LOCUTORA Los prejuicios racistas resultan ya anticuados. Y anticientíficos.
LOCUTOR Imaginemos que la historia humana es una película de cine. Rebobinemos el rollo y retrocedamos en el tiempo.
CIENTÍFICA En un principio, todos éramos negras y negros. Los antepasados de nuestra especie llamada “sapiens” evolucionaron en el África oriental, en climas muy calientes, y desde ahí emigraron a los demás continentes. Nuestra sangre, la de todos los seres humanos, es sangre africana.
LOCUTOR El color negro de la piel se debe a unas partículas llamadas melanina que nos protegen de los rayos ultravioleta irradiados por el sol.
LOCUTORA Estos rayos, además de eventuales quemaduras, nos exponen a diferentes tipos de cáncer de piel. La melanina es un filtro protector que recubre nuestro cuerpo contra estas enfermedades.
LOCUTOR El problema es que los rayos solares, aunque pueden enfermarnos, también resultan muy necesarios para nuestro organismo.
LOCUTORA La luz del sol convierte en vitamina D las sustancias grasas de la epidermis. Esta vitamina es indispensable para la absorción del calcio, que da fortaleza a los huesos.
CIENTÍFICA Para resolver esta difícil situación (el peligro de cáncer por mucho sol y el peligro de descalcificación por falta de sol) la Naturaleza fue modificando las tonalidades de la piel, más o menos morenas, más o menos claras, de acuerdo a la intensidad de los rayos solares. El color de la piel depende del clima.
LOCUTORA Cuanto más se alejaban las poblaciones humanas de los climas tropicales, hacia el norte o hacia el sur, la melanina resultaba menos necesaria porque había menos sol.
LOCUTOR Entonces, la Naturaleza favoreció el color blanco de la piel para absorber los pocos rayos solares que recibía y poder procesar vitamina D.
LOCUTORA Y al revés, la Naturaleza favoreció la piel oscura en las poblaciones que se instalaban en los climas muy calientes.
LOCUTOR De esta manera, podían filtrar los rayos ultravioleta y procesarían vitamina D a partir de pescados y otros alimentos.
CIENTÍFICA Escuchen. La diferencia entre lo que antes se llamaban “razas humanas”, entre la piel negra y la blanca, entre el color mulato y el amarillo y el cobrizo, consiste en un poquito más o un poquito menos de melanina. Sólo eso.
BIBLIOGRAFÍA
Marwin Harris, Nuestra Especie, Alianza Editorial, Madrid 1995.
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