@JennyCoLatino
Un exquisito y fino aroma a café inunda el ambiente, ed y en especial un pequeño espacio de la Cooperativa de Cafetaleros Los Ausoles, site situada en Ahuachapán.
La Cooperativa cafetera tiene una peculiar visita; una veintena de importadores de café taiwaneses que pasan por el país para hacer
negocios.
Veinticinco muestras de las mejores variedades de café que produce la cooperativa, treatment como el Borbón y el Pacamara, son puestas a disposición del nutrido grupo de empresarios asiáticos.
La jefa de la misión, Ingrid Ching, junto al grupo, escucha con atención la exposición que realiza la gerencia de la cooperativa, previo al inicio de una catación preparada de forma especial en ocasión de su visita.
Inmediatamente termina la presentación, Ching, sin vacilar, inclina su cabeza hacia uno de los posillos blancos que contiene el grano recién molido, para conocer, desde el aroma, los atributos que posee el café de esta zona del occidente del país.
Al igual que Ching, el resto de empresarios aprecia el aroma, ya sea inclinando su rostro hacia el pocillo o sujetándolo entre sus manos y acercándolo a su rostro y aspirando de forma delicada.
Tras la apreciación del aroma se escucha una serie de sorbos. Cada uno de los catadores taiwaneses colocan una cucharada de la bebida cerca de su boca y aspiran con gran energía.
Esta aspiración hace que se introduzca vapor dentro de su nariz y el líquido se extiende de forma uniforme sobre toda la lengua.
Wu, Yi-Ling es otra de las empresarias catadoras. Ella retiene la bebida en la boca por unos cinco segundos para percibir “la intensidad y calidad” del café, luego la expulsa dentro de un recipiente destinado para ello. Y así culmina la degustación.
El embajador de Taiwán en El Salvador, Andrea Lee, acompaña en el recorrido a la delegación y destaca que en esta primera estación, de un largo recorrido que los empresarios realizan por varias fincas, beneficios y cooperativas cafetaleras se han levado un muy buena impresión.
“Hemos podido constatar la alta calidad de su cosecha, el tratamiento, y de su tecnología moderna. Hemos descubierto que tienen en El Salvador alta tecnología; nosotros pensábamos que este proceso se mantenía de forma artesanal. Vemos muchos elementos de tecnología en la producción y sin duda esto anima y da confianza a los compradores”, expresa Lee.
De acuerdo a José Magaña, presidente de la Cooperativa, la oferta que tienen para los empresarios asiáticos ronda los un mil 500 quintales.
Magaña agrega que la probabilidad de vender su producto a Taiwán significaría una buena oportunidad para aliviar la situación de los más de 175 asociados, quienes cultivan más de 3 mil manzanas de terreno y cuyo cultivo ha sido afectado, como en otras partes del país, por la roya.
Tras su paso por la cooperativa ahuachapaneca, los empresarios hacen una segunda escala en la Cooperativa Los Pinos, en Santa Ana. Allí, además de conocer los cultivos, aprecian un espectacular panorama. Desde su llegada fijan su vista hacia el imponente lago de Coatepeque.
Los empresarios, la mayoría jóvenes, sacan sus modernos teléfonos celulares, sus cámaras digitales, la mayoría profesionales de marcas reconocidas, y no desaprovechan la impresionante vista para retratarse.
Tras la sesión fotográfica, los importadores se ubicaron en la zona del restaurante que es parte de los atractivos del lugar y escucharon una breve exposición de la historia de la Cooperativa, en palabras del gerente, Sigfredo Benítez, quien, así como los salvadoreños reciben a sus invitados en casa, les ofreció budín y el infaltable café.
Benítez narra que la cooperativa, la cual cuenta con 104 socios, nace con la reforma agraria, y con el paso de los años, además de producir café han aprovechado los atributos naturales del lugar para hacer turismo rural.
En cuanto a la producción de café, Benítez resalta que este año ya fue vendida en su totalidad. La cosecha, explicó, fue de 3 mil 600 quintales.
En esta línea, expresó su entusiasmo por algunas pláticas tenidas con varios de los empresarios taiwaneses, en las cuales se vislumbra la probabilidad de exportar su producto.
El recorrido de los compradores no terminaba allí. Aún faltaban dos escalas.
De Santa Ana, la delegación se desplazó hasta el famoso Parque nacional El Boquerón, un área protegida que se encuentra en la parte superior del volcán de San Salvador, a 1800 metros sobre el nivel del mar.
La increíble energía y el entusiasmo de cada uno de los asiáticos fue crucial para que realizaran la caminata, durante la cual fueron cautivados por las distintas especies de plantas como los “Cartuchos”, hortensias, begonias, las cuales han adoptado como su hogar este territorio donde el clima es fresco durante todo el año.
La caminata duró unos 10 minutos y tenía como meta observar la atracción principal del parque: El Boqueroncito, el cráter de 5 kilómetros de diámetro y 558 metros de profundidad que se observa desde el mirador.
Al llegar se encuentran una pareja de enamorados que está en el mirador dejando el tiempo pasar, y a quienes la llegada de los inusuales visitantes no les incomoda. Una, dos, tres, cuatro, cinco… 10, 11 , 12 fotos… la cuenta de las fotografías con las cámaras digitales y los celulares muy avanzados se perdió, lo importante era para los turistas asiáticos llevarse las mejores imágenes como un recuerdo de su aventura en El Salvador.
Tras conocer El Boquerón, los compradores de café se dirigieron hasta su última parada, la finca Lomas de La Gloria, una productora de café muy exitosa en el volcán de San Salvador.
De acuerdo al director del Consejo Salvadoreño de Café (CSC), Hugo Hernández, una de las principales variedades de café que produce esta finca es el Bourbon, el cual ha permitido que la producción crezca “150 por ciento en comparación con la cosecha pasada”.
“Sabemos de las diferentes situaciones difíciles que tiene la caficultura pero no todo es negativo. Estas visitas también sirven de ejemplo para que los demás productores o empresarios cafetaleros vean que si se puede, de que hay gente que está saliendo adelante y pueden replicarlo”, enfatizó el funcionario.
La tarde caía. En la finca, los compradores se mostraban satisfechos de su recorrido. Entre un aroma a café muy equilibrado entre lo ácido y dulce, Ching hacía sus valoraciones finales.
“Vamos muy felices y muy impresionados. Desde que llegamos fuimos recibidos de una manera cálida. Se nota que es muy sincera esa felicidad de tenernos aquí. Puede verse que les importa mucho nuestra visita”, expresó Ching, tras terminar el recorrido bebiendo una tasa más de café salvadoreño.
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