Alex Guevara
Estimado señor, viagra reciba un saludo con respeto. Usted y yo no nos conocemos pero siempre me ha llamado la atención la forma en la que usted escribe. Fíjese don Paolo que yo nací y crecí en una comunidad marginal que se llama la comunidad Iberia, treatment tuve serias dificultades para estudiar y poder sobresalir en algo importante relacionado a todo el quehacer de mi vida.
Con la llegada del padre Pepe a este sector marginado fui descubriendo lo interesante que era conocer diferentes cosas de las que antes no me interesaban entre ellas leer y escribir. Este es un punto de referencia para que no vaya a creer que quien se dirige a usted es alguien con algún grado de poder en este país.
Además quiero mencionarle el serio interés que tuve por abonar mis conocimientos en diferentes áreas y hacer crecer en mi una óptica crítica pero con mucho respeto de todas las cosas que suceden en mi país, mi lindo país EL SALVADOR, este país que por razones que desconozco le ha dado una acogida a usted, como a muchos extranjeros que vienen acá a convivir con nosotros. Bienvenidos sean todos los que con respeto a nuestra dignidad se acerquen sinceramente a compartir lo que tienen y nosotros les daremos nuestro cariño, calor del bueno y sincero.
He referido esta nota directamente a usted porque desde hace varios días he leído muchas de las cartas que usted dirige a mis compatriotas, mientras menos sencilla es la persona a la que se dirige menos interés me da por leerla, porque por alguna razón extraña me intereso más por conocer lo que se dice en contra de los que se dan a conocer por sus buenos actos y no tanto por los malos. “no es que no me interese lo que hacen los malos” también los analizo.
Leí con especial interés la carta que usted envió al señor embajador de Alemania y se refiere a un editorial del periódico Colatino.
Creo que usted se equivoca al decir que el embajador de Alemania solamente pidió que nos uniéramos para combatir la inseguridad que abate a nuestro país, yo estuviese muy agradecido que alguien de ese nivel nos incitara a lo bueno. Pero, lamentablemente no fue solo eso pues yo tengo la costumbre de ver todos y cada uno de los noticieros que se transmiten por televisión y sinceramente también tuve la sensación de que el embajador de ese país no habló como representante de un país “amigo” sino más bien como un activista político, al decir que “eso del golpe de estado era una cortina de humo” para cubrir los otros problemas más apremiantes del país, algo que se les ha escuchado decir a los políticos del partido arena y sus seguidores.
Hasta a los areneros de a pie les he oído decir por todos los lugares en los que camino dicha frase, haciendo eco de lo que los medios de comunicación divulgan en forma de “noticia” pero que sale de boca de los diputados o representantes del partido arena, si ellos dicen que hay tregua, el arenero de a pie dice también lo mismo, si dicen que el gobierno es incapaz, también lo repiten y así todas las demás cosas hasta lo que dijo el embajador…
Todos los días camino por el centro de San Salvador y casi siempre tengo la dicha de conversar con diferentes personas humildes, discutimos temas políticos de la situación de nuestro país a muchas de esas personas no les contradigo aun cuando siento que no tienen razón y a otras me veo obligado a concederles la razón cuando la tienen “es un principio que me gustaría conservar” pero lo más importante que he descubierto, es que hay algo en lo que coincidimos la mayoría de salvadoreños y es que no nos gusta que nos falten el respeto o que nos quieran hacer agachar la cabeza cuando alguien trata de humillarnos a cambio de algo, sea lo que sea ese ofrecimiento.
Le digo esto porque a mí me pareció que usted quiso hacer relevante la cooperación que el país de Alemania envía al pueblo salvadoreño, pues seríamos desagradecidos si digo que no nos importa, pero no puede ni debe ser a cambio de que venga un alemán a decirme lo que debo hacer o pensar o a meterse a opinar queriendo influir en nuestros problemas cuando ya está establecido en qué términos es dicha cooperación.
Me gustaría pedirle un favor, tengo entendido que usted tiene muchos años de vivir en este país y que eso lo hace sentirse salvadoreño o algo parecido.
Pues si quiere sentirse tan salvadoreño como se pueda, le sugiero que actúe como tal ya que los salvadoreños correctos somos muy respetuosos de nuestros hermanos y compatriotas y en cualquier lugar del mundo donde nos encontramos nos recibimos y nos tratamos como seres humanos aun cuando difiere nuestra ideología, yo creo que usted actúa muy irrespetuosamente en muchas de sus cartas que dirige a mis compatriotas disque haciendo uso de la libertad de expresión que se nos concede como un derecho en nuestro país.
A veces he creído que dice algunas cosas por ignorancia, porque nadie ha tenido el sincero valor de adiestrarlo para que sepa que está bien dicho o que no, o si a lo mejor el carácter de extranjero le hace creer que puede decir cuanta cosa se le ocurra y a cualquiera, o si los que le dan la oportunidad de publicar sus escritos prefieren tenerlo como tonto útil ofendiendo o denigrando a quienes ellos consideran sus adversarios, haga el favor usted de no caer en esa trampa y aproveche la oportunidad de dirigirse a mis compatriotas con el debido respeto sea este de derecha o de izquierda o de la calidad de vida que usted prefiera.
He leído muchas de sus cartas, pero la que más mal me hizo sentir es en la que se refirió al señor Valencia por un editorial en el que manifestó lo mismo que yo percibí el día en que vi la noticia en la que el señor embajador hablo.
Y como Francisco Valencia no le va a contestar le voy a contestar yo.
Primero: no se cobije en toda la comunidad alemana en nuestro país para referirse de forma inadecuada e irrespetuosa hacia los salvadoreños. Pues estoy seguro que la gente de su país ha de estar dispuesta a respetar y sentirse respetada.
Segundo: yo también me siento orgulloso de que haya gente en este país que tenga el don de hablar claro y valientemente para decirle a cualquier extraño “para las mayorías” lo que le tenga que decir a cambio del respeto que nos merecemos todos los salvadoreños. No importa si invierte para su beneficio y el de los nuestros o si coopera con algo para beneficio del país, aun así nos debe respetar.
Tercero: si quiere seguir conviviendo con nosotros pues trate de comportarse más respetuoso sin renunciar a sus principios, su dignidad y/o a las razones que lo trajeron a convivir a este país, no abuse de la posibilidad que le dan de expresarse para denigrar a ningún salvadoreño y si cree que es mucho lo que le pido.
Pues talvez en su país le pidieran menos…
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