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Tras recibir sus nuevas vestiduras rojas, el Cardenal Gregorio Rosa Chávez mandó un saludo al pueblo salvadoreño, que se mantuvo pendiente de la ceremonia de nombramiento la mañana de este miércoles.
Para el nuevo Cardenal “Dios ha puesto sus ojos en El Salvador”, así lo recalcó al salir de la ceremonia oficiada por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, ya que considera su nombramiento un regalo de Dios.
“El papa Francisco cree en este país, cree que esta gente es maravillosa, y yo pienso lo mismo, este país es capaz de superar todo”, afirmó recientemente, antes de viajar al Vaticano.
“Al nombrar cardenal a monseñor Rosa Chávez, un obispo identificado con los pobres, el papa está marcando nuevos tiempos para la iglesia”, explicó a la AFP en El Salvador, Edín Martínez, de la fundación dedicada a Oscar Arnulfo Romero.
Romero fue asesinado en 1980 mientras oficiaba misa y beatificado en 2015 por su defensa de los pobres.
Gregorio Rosa Chávez fue un seguidor de Romero y durante años bregó para que el arzobispo de San Salvador fuera beatificado.
“El papa tiene el sueño de una iglesia pobre para los pobres, y ese era el sueño de Romero, ambos tienen muchas similitudes”, reconoció recientemente ante la prensa .
El religioso representa de alguna manera el nuevo modelo de “príncipe de la iglesia” que Francisco impulsa, alérgico a hacer carrera, sencillo y leal.
Ha sido capaz de resistir por años a la lucha ideológica que generó la memoria de Romero al ser identificado con la izquierda, comparte la visión de Francisco a favor del diálogo y de la construcción de puentes.
Luego de la ceremonia se reunió con sus hermanos, familiares, amigos y funcionarios que asistieron al consistorio, histórico para el país y el mundo.
El nuevo Cardenal es reconocido por la feligresía al ser seguidor del beato Monseñor Romero, con quien trabajó desde 1965 hasta su muerte, considerado uno de los pocos amigos que tuvo el mártir y quien lo mencionó en su diario personal.