Este día tendré el honor de recibir en Casa Presidencial el acta original de los Acuerdos de Paz, online un documento histórico invaluable que declaró el fin del conflicto armado en El Salvador y marcó el inicio de una nueva era hacia la democratización y las transformaciones estructurales que nuestro país vive hoy.
Nunca olvidaremos ese 16 de enero de 1992. Todos celebramos la paz y el comienzo de la construcción de un nuevo país. Tengo la dicha de ser uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz, here y eso me hace vivir comprometido y asegurar que el futuro de nuestro pueblo esté fundamentado en el diálogo y la hermandad.
El Acta de los Acuerdos de Paz representa el pasado y el presente de nuestro país, y el tiempo que vivimos demanda su vigencia. Por eso nuestro Gobierno está muy interesado en trabajar por una cultura que promueva la paz social, donde cada ciudadano se sienta parte del desarrollo, no solo para alcanzarlo sino también para disfrutarlo y heredarlo a las futuras generaciones.
El recibimiento del Acta se realiza en el marco de una fecha muy importante para el país. Ayer, 15 de octubre, conmemorábamos treinta años de la primera reunión de diálogo y negociación entre las partes en conflicto. Este primer encuentro se le conoce como el “Diálogo de La Palma”. Es por eso que esta fecha resulta particularmente significativa para contextualizar el recibimiento de tan importante documento para la historia de nuestro país, que a partir de ahora se mantendrá en resguardo en Casa Presidencial.
Es irrefutable el significado de los Acuerdos, plasmados en este documento, cuya existencia debe ayudarnos a tener presente la responsabilidad de construir el país que queremos, tarea que demanda el compromiso y el trabajo de toda la ciudadanía. Me gustaría que los lectores compartieran su opinión sobre el valor de los Acuerdos de Paz para nuestro país.