Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
Mientras millones de salvadoreños dormían en la madrugada del martes anterior, un voraz incendio consumía en Dallas, Texas, la casa del ex campeón nacional de boxeo amateur y profesional de El Salvador, (décadas 70-80), Guillermo de Jesús “El Chucho” Méndez , hermano del ex 8º. hombre del mundo del peso mosca, Mario Méndez. Un siniestro que no obstante ocurrir a miles de kilómetros de El Salvador, su fuego e infernal calor terminaron quebrantando y noqueando mi pobre corazón en esta capital. Es que a través de los años anteriores, Memo y su familia siempre me abrieron las puertas de esa casa para atenderme a cuerpo de rey. Aparte de convivir en un ambiente cristiano-familiar y compartir oficios, esa vivienda me permitió ahorrarme cualquier cantidad de dólares.
Una casa muy hermosa que tuvo un pequeño gimnasio de box y por supuesto una chimenea que tantas veces dio calor a mi cuerpo y que la madrugada del martes fue el epicentro en donde comenzó el fuego. Siniestro fatal que al final se volvió incontrolable, hasta terminar devorando la vivienda y patrimonio familiar que durante más de 25 años estuvieron pagando Guillermo y su estimada esposa de toda la vida, la niña Vilma de Apulo.
Por todo lo que ha significado y significa nuestra amistad desde la infancia y por el pánico que los Méndez vivieron en esos momentos de impotencia ante las llamas, esta tragedia ha sido lo más parecido a un nocaut técnico. No obstante, cristianamente lo declaro y lo creo que encabezados por la Aseguranza, nuestro Señor tocará voluntades y corazones para la pronta reconstrucción de esta casa. Y doy gracias a tanta gente que por la vía telefónica o por las redes sociales se ha solidarizado con los Méndez. ¡Gracias Dios mío!