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Un sueño que se esfumó

SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES 

DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)

 

Cuando iniciamos la universidad lo hicimos con tantos sueños y expectativas Recuerdo que con mi grupo de amigos y amigas más cercanos soñábamos con un hospital donde todos pudiéramos trabajar y seguir juntos, sovaldi sale viéndonos día a día ya no en calidad de estudiantes sino como médicos consultantes y reíamos imaginando la especialidad que elegiría cada uno según su personalidad… ¡Sueños, online fueron nada más que sueños! Muchos de ellos nunca han conseguido una plaza en nuestros hospitales tan carentes de médicos, a otros los he visto trabajando en farmacias locales o como visitadores médicos y otros tuvieron que hacer maletas y ahora ejercen fuera de nuestras fronteras.

La semana pasada hojeaba con desgano un periódico local de esos llenos de noticias plagadas de muerte,  y un titular en letras grandes y con una página entera  de contenido captó mi atención;  decía que hace un año se realizó el último trasplante renal en el Hospital Bloom ¡hace un año! La nota resaltaba que dentro de los problemas más graves estaba el que especialistas en la rama no podían organizar sus horarios para poder hacer la cirugía así como la falta de medicamentos y las complicaciones en los niños y las miles de excusas de las que saben llenarse esos artículos.  Justo al terminar de leer la última línea de esa pagina me pregunté, ¿bueno y las autoridades de salud? ¿En estos cinco años cómo han resuelto esta problemática? Porque si no mal recuerdo los riñones han tenido protagonismo desde el año pasado.

Hoy la población en general, tenemos una idea de lo que es una insuficiencia renal, pero ¿y los ministros y los directores designados por estos ministros?

Le di vuelta a la hoja buscando la continuación del artículo, pero nada, era nuevamente otro de esos tristes casos sin resolver. Periódicos llenos de tragedias sin tener soluciones por parte de las autoridades. Me levante queriendo borrar la frustración de mi mente por la impotencia  y me encontré con un paciente que reclamaba en la recepción por su cita que estaban asignándosela para dentro de ocho meses. Se me acercó una paciente pidiendo le cambiara el medicamento que hace un rato le había indicado porque en farmacia no tenían en existencia.

Le di gracias q Dios cuando me llego la hora de marcar la salida porque ese día me invadió la frustración, más que en otras ocasiones.

Cómo es posible que si en cinco años nuestro sistema de salud ha continuado enfermo y con su retroceso, el gobierno entrante le apueste a la continuidad de las autoridades.

Me pregunto si su decisión fuera la misma si ellos tuvieran que hacer uso de los hospitales de la red pública  o del seguro social.

Me pregunto si su decisión sería la misma, si por un minuto de su “ajetreada” agenda se detuvieran a observar la tristeza en los ojos de un niño que necesita un riñón, el dolor en los ojos de un hombre con cáncer que no recibe su medicamento porque no hay en existencia, la desesperanza en los ojos de una anciana porque sus achaques de la edad no serán tratados sino hasta dentro de un año.

Autoridades del gobierno entrante, hablan ustedes de la falta de humanidad del gremio médico. Permítanme cuestionarlos a ustedes

 ¿Dónde señores del nuevo gobierno esta su lado humano para este pueblo salvadoreño? Han nombrado al frente de instituciones de salud

a personajes que en cinco años no han hecho cambios significativos. Se sentaron a ver pasar los días en el calendario y a resolver en su mayoría nimiedades en el sistema de salud. Jamás se pasearon por los pasillos de los hospitales para preguntarles a los pacientes sobre las fortalezas  y debilidades de los centros donde eran atendidos, jamás estrecharon la mano de un trabajador y le preguntaron a que se enfrentaban día a día para poder cumplir su trabajo.

Llegaron a los hospitales a inaugurar quirófanos o salas de atención las cuales a la fecha siguen vacías por falta de personal, pusieron su mejor sonrisa para la foto del periódico inaugurando algún evento mientras los pacientes y el personal estaba atrapado entre tanto papeleo burocrático donde lo que debería imperar es la eficacia en la atención.

Se les olvido a esos personajes que no es la misma realidad en las oficinas administrativas que en los pasillos de los hospitales  y así solo entregaron datos estadísticos, papeles llenos de números que no reflejan, ni jamás reflejaran la realidad de nuestro sistema. El papel aguanta con todo dicen por ahí.

Lo más triste es que ser un militante del partido, haber sido un buen combatiente o haberse puesto una pijama para hacer una huelga de hambre fueron al parecer requisitos básicos para ocupar puestos donde sí se puede cambiar la historia… Sin dejar de lado ni por un momento las “amistades de años” con las nuevas autoridades y las famosas “cuotas” a pagar a otros partidos. Dentro de los trabajadores de salud que intentamos hablar con ustedes hay unos que sin ser militantes defienden los ideales del partido al que ustedes pertenecen más que aquellos que se jactan de serlo, hay de esos combatientes anónimos que arriesgaron su vida y la de su  familia durante la guerra y hay de los que no televisaron su huelga de hambre pero no hubo comida en su mesa ese diciembre en la que exigían la no privatización del ISSS.

No hagan esas caras de sorpresa leyendo la nota señores, no se mientan a ustedes mismos, jamás quisieron escuchar a los trabajadores de salud, los buscamos y no nos atendieron, y aquellos que nos recibieron, oyeron pero jamás escucharon, sus oídos se volvieron sordos a la voz del pueblo.

La frustración me invade por estos días más que nunca porque ahora mi sueño es irme fuera de mi país a ejercer como médica a un lugar donde se valore mí trabajo y se me den las herramientas básicas necesarias para poder poner mis conocimientos al servicio de quien me busque para devolverle la salud.

Tengo tanto que dar como profesional, pero mataron en mi lo que jamás debe quitársele a ningún salvadoreño y es la esperanza de que su voz sea escuchada porque es la ÚNICA manera en que un país puede avanzar… ¿No fue para eso por lo que lucharon 12 años señores? Para que El Salvador no fuera mudo.

Espero reflexionen en el transcurso de estos cinco años y retomen los que una vez fueron sus ideales. Este país merece una salud verdadera y no es culpa de nosotros los médicos sino de sus decisiones al designar personas a las que les falta lo que en verdad se necesita para dirigir entidades de salud: ¡HUMANIDAD!

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