Berlín/dpa
Pese a que el resultado del partido estaba claro, la selección alemana de fútbol se mostró muy satisfecha con la goleada de 7-0 que le propinó a San Marino el pasado sábado que la llena de confianza para la Copa de Confederaciones que arranca en una semana en Rusia.
El campeón del mundo se concentrará nuevamente mañana para volar dos días más tarde a Rusia, donde se medirá en la fase de grupos con Australia, Chile y Camerún.
“Voy a este torneo con muchas buenas sensaciones”, se mostró optimista el seleccionador germano, Joachim Löw. “Es difícil predecir cómo saldrá todo. Una semana (de entrenamiento) es poco para un plantel recién formado, pero uno puede sentir la ambición de los jóvenes jugadores de hacer un buen papel”.
Löw ha prescindido de muchas de las estrellas titulares alemanas y convocado a un elenco con muchas caras jóvenes que calificó de “equipo con perspectiva”. La apuesta por los novatos salió bien hasta ahora.
Alemania consiguió un tardío empate de 1-1 en un amistoso disputado el pasado martes en Dinamarca y el sábado dio cuenta de San Marino por la eliminatoria para el Mundial de Rusia 2018 con un triplete del delantero del Hoffenheim Sandro Wagner y los primeros goles para Amin Younes, del Ajax Amsterdam, y Julian Brandt, del Bayer Leverkusen.
“Es grandioso haber podido contribuir con tres goles. Esperé mucho este momento”, dijo Wagner, el único delantero neto en las filas germanas en ausencia del veterano Mario Gomez.
Los anfitriones alemanes jugaron un fútbol ofensivo y se mostraron sedientos de goles para festejar la mayor victoria en casa en once años de gestión de Löw.
“No nos vamos a meter presión, pero somos Alemania. Queremos ganar”, proclamó el capitán Julian Draxler, centrocampista del Paris Saint-Germain.
“Somos Alemania” y “somos los campeones del mundo” fueron frases usadas también por el zaguero del Bayern Joshua Kimmich. “Estamos todos muy entusiasmados con la Copa de Confederaciones y la tomamos en serio”, aseguró. Algunos dudaron de la importancia para Alemania de este torneo considerado un ensayo para el Mundial al ver que Löw dejaba en casa a astros como Mesut Özil, Mats Hummels, Thomas Müller, Thomas Kroos y Jerome Boateng, pero el técnico argumentó que estaba poniendo la mira en la gran cita del próximo año en la que busca defender el título.
Löw admitió que los rivales en Rusia, donde Alemania debuta el 19 contra Australia, son de un calibre diferente al de Dinamarca o San Marino, pero garantizó que esto no amedrentará al equipo. “La Copa Confederaciones será una experiencia importante para muchos de nuestros jugadores jóvenes”.
“En algún momento, quizás el año próximo o en la Eurocopa en tres años, esta Copa de Confederaciones en Rusia habrá sido sumamente importante y útil para los jugadores”, explicó.
“En 2005, Lukas Podolski y Bastian Schweinsteiger fueron las grandes promesas de la Copa Confederaciones. Un año más tarde, en el Mundial en casa y con la presión de la hinchada local, estaban más que aliviados de haber jugado contra Brasil o Argentina en la Copa de Confederaciones”.