Solo la fracción legislativa del Frente tuvo el valor de decir de los atropellos que cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional han cometido en contra de la Constitución de la República.
El miércoles, en la sesión plenaria, uno a uno de los representantes de las fracciones legislativas, durante la conmemoración del 34 aniversario de la creación de la Carta Magna (1983), dieron sus versiones sobre la misma y el significado para el país de ese instrumento jurídico superior.
Norma Guevara, jefa de fracción del FMLN, fue la única en recordarles a todos, de los cambios que la Constitución ha sufrido, a partir de sendas resoluciones de inconstitucionalidad de la Sala de lo Constitucional.
Guevara recordó el artículo 248 de la Constitución que dice: “La reforma de esta Constitución podrá acordarse por la Asamblea Legislativa, con el voto de la mitad más uno de los diputados electos”.
“Para que tal reforma pueda decretarse deberá ser ratificada por la siguiente Asamblea Legislativa con el voto de los dos tercios de los diputados electos…”, prosigue dicho artículo.
No obstante, el texto anterior, la Constitución ha sufrido modificaciones con las resoluciones de la Sala de lo Constitucional. Es decir, la Constitución de 1983, que fue debidamente reformada en 1992 tras la firma del Acuerdo de Paz, ha sido modifica por el Órgano Judicial, y no por el legislativo como corresponde.
La Sala, como decía la abogada María Silvia Guillén, ha invadido los campos del Órgano Ejecutivo y Legislativo, y con ello se ha convertido en un “Supra poder, en manos de cuatro abogaditos”.
En realidad, celebrar un aniversario de la creación de la Constitución con todos los remiendos que le ha hecho la Sala de lo Constitucional es un contra sentido.
La plenaria y la celebración debió servir para hacer un análisis exhaustivo y llamar a una Constituyente para elaborar una nueva constitución de acuerdo a las necesidades actuales, y no del capricho de cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional, cuyo proceder debería ser objeto de persecución de parte de la Fiscalía General de la República.
Es decir, no tiene sentido celebrar un aniversario de la Constitución cuando algunas fracciones legislativas aprueban que otros la mancillen.