Diario Co Latino 134 años comprometido con usted
Artículos relacionados
Santiago Leiva
Redacción Co Latino
Cuando el sol mostró su máximo esplendor en el Oriente, las banderas rojas, tricolores y celestes ya danzaban al ritmo de la brisa mañanera de San Salvador. Anunciaban una fiesta cívica a la que le faltó colorido, a la que le faltó confeti, gallardetes, globos y la sonrisa de los invitados.
Esta vez, como las elecciones pasadas para alcaldes y diputados, el colorido y las fanfarrias se quedaron en casa.
Los salvadoreños se lo tomaron como un domingo de fútbol y se levantaron tarde, tanto que las urnas y las calles no solo carecieron de color sino que lucieron solas en grandes tramos de la mañana.
En Soyapango, por ejemplo, muchas de las Juntas Receptoras de Votos lucían desoladas y las calles desérticas. Apenas pequeños grupos de simpatizantes agitando banderas en las entradas a los centros de votación recordaban que era domingo de elecciones y que el futuro del país estaba en juego.
“Acá se abrió con un retraso de 20 minutos y no se han presentado anomalías, pero sí ha venido muy poca gente”, dijo uno de los vigilantes del FMLN en el centro escolar Amatepec. Fue esa la queja generalizada en todo Soyapango, pero lo que más se extrañó fue la falta de colorido.
En todo el recorrido por la ciudad industrial apenas una familia, abuela, padre, madre hijos y hasta nietos vistieron con orgullo el color rojo.
“El fenómeno que se está viendo es que nadie se siente orgulloso del partido que los representa”, me advirtió un colega periodista que observaba el cierre del proceso eleccionario en el INFRAMEN.
Y algo hay de razón. Los simpatizantes areneros, por ejemplo, le huyen a la frase “devuelvan lo robado”, muy de moda durante la campaña electoral y de bastante presencia ayer en algunos centros de votación de la capital.
La militancia del FMLN también ha preferido sacarse los colores y aunque hubo mayor presencia del rojo en la capital, al momento de contabilizar votos las cifras difieren.
La imagen de la “golondrina” tampoco fue muy notable. Eso sí, hubo gente que vistió al estilo musulmán en claro apoyo al candidato de GANA, Nayib Bukele, quien al momento de emitir el sufragio dejó ver una sonrisa de oreja a oreja y se mostró confiado de quedarse con los comicios.
Claro, desde antes, todas las encuestas serias le ponían como ganador, y hasta el cierre de esta nota los números de las actas procesadas también le confirmaban esa posibilidad.
De confirmarse su triunfo sería él quien se quedará con la mayor porción del pastel, un pastel al que le faltó la cereza y que sabe amargo para un buen porcentaje de la población.
Debe estar conectado para enviar un comentario.