@davidmar2105
Roberto Benavides llegó acompañado de su esposa y tres de sus nietos, try para ellos, a una cena de gala, en la que reinó el espíritu de la Navidad. Roberto es de escasos recursos que sobrevive con lo que le pagan por pintar casas y la venta de dulces que tiene su compañera de vida en el Barrio San Esteban.
Pero a pesar de sus dificultades, los esposos Benavides sacan adelante a sus nietos, quienes les quedaron a su cargo, ya que por las malas decisiones de sus hijos no ha sido posible que se eduquen como una familia común. “Con dificultades sacamos adelante a nuestros nietos, la madre de ellos se fue a probar su mundo y se olvidó de ellos, pero vamos saliendo porque siempre hay gente bondadosa que nos apoya y nos ayuda a salir adelante”, manifestó Benavides.
Y es que esa ayuda a la que se refiere Roberto es la que proporciona la Comunidad Católica San Egidio, quienes llevaron a cabo la cena donde participaron más de 200 personas que viven en condiciones precarias.
Algunas de ellas se mantienen en las calles de San Salvador, víctimas de vicios como el alcohol y drogas, entre otras adversidades. La institución en El Salvador tiene 25 años de existencia, y cada año celebran un convivio en las vísperas de Navidad, en la que además reparten regalos a los presentes.
Estas personas no son ajenas a los integrantes de la comunidad, ya que cada semana comparten con ellas entregándoles comida y la palabra de Dios, ya que, para sus miembros, no solo están necesitados de comida, si no de palabras de aliento por lo que compartiendo el mensaje de la Biblia les llena de esperanza.
“Lo que hacemos es trabajar con esta gente, estamos conviviendo cada semana y al final hacemos esta fiesta navideña para celebrar como se debe la venida del señor Jesús, para muchos estas fechas es de alegría, pero para ellas no es así, por ello es que celebramos en familia para reconfortarles en corazón y darle esperanza”, indicó Carlos Vega, encargado del servicio de la calle de la comunidad San Egidio San Salvador.
En la comunidad se congregan un total de 200 personas que se encargan de diferentes servicios, pero que en esta actividad se reúnen para colaborar y compartir con estas personas que más lo necesitan.
Por ello es que los agasajados, como Roberto, agradecen este tipo de acciones que, personas altruistas hacen por ellos todo el año; pues también reciben pequeñas ayudas económicas y de motivación para que salgan adelante.
Otro ejemplo de superación es Wenceslao Rodríguez, de 65 años de edad, quien a su edad es muy difícil que encuentre un empleo, aunque tiene el apoyo de sus hijos, la ayuda que le brindan no le es suficiente para poder subsistir.
Aunque, Wenceslao dice que con su pequeña producción de rótulos comerciales quiere botar el estereotipo que los “veteranos” no son productivos, ya que, según él, las personas de la tercera edad necesitan exteriorizar su conocimiento.
“El talento que todavía tenemos, la experiencia la tenemos que compartir, por eso es que trato de darlo con la pequeña producción de rótulos, mientras haya salud podemos accionar. Pero eso no quiere decir que tenemos todo lo necesario para vivir y es ahí donde entran en acción estas personas que con la comidita y otra ayuda nos hacen sentir bien”, expresó Rodríguez.
Este agradecimiento y satisfacción de las personas “pobres” es de gran halago para los pertenecientes a la comunidad de San Egídio, pues es una gran satisfacción de servirle a una persona que más lo necesita además de hacerles crecer espiritualmente.
“Es de gran satisfacción compartir con ellos porque es como que estuviéramos en familia, y nos ayuda también a nosotros porque a veces nos quejamos de nuestros problemas, pero ellas tienen peores problemas y no se detienen y eso nos hace crecer espiritualmente”, comentó Beatriz Vásquez, miembro de la comunidad.
Al final del evento los miembros de la comunidad les entregaron regalos a los asistentes, con el objetivo de que también estas personas vivan la Navidad y el mensaje que la fecha representa.
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